Despidos, cierres de oficinas y ajustes, el probable camino de la fusión
MADRID. Nada más conocer la intenciones de BBVA por hacerse con Sabadell, las alarmas se han encendido en las plantillas de los dos bancos llamados a fusionarse. Si la operación sale adelante, el grupo resultante sería mucho más grande que el actual, aunque la transacción no estaría exenta de problemas internos: los ajustes de una parte de los trabajadores serían casi inevitables. También el cierre de más sucursales bancarias, agravado por el contexto de la digitalización, y un nuevo modo de relacionarse con la entidad desconocido por la clientela.
La banca ha despedido a un 42% de sus trabajadores en los últimos 16 años. En el caso de que BBVA y Sabadell se unan, el grupo analizará qué parte de su plantilla es prescindible. BBVA y Sabadell llegarían con una plantilla conjunta de 140.776 trabajadores, de los cuales 41.634 estarían en España. De hecho, las secciones sindicales de CC. OO. de ambas entidades ya han exigido que la fusión «se haga con todas las garantías».
El proceso de cierre de oficinas también comenzó en pleno estallido de la burbuja inmobiliaria. Cuando BBVA y Sabadell se fusionen, si realmente lo hacen, se pondrán a analizar dónde hay duplicidades de sucursales. Sabadell tiene una importante presencia en Cataluña y la Comunidad Valenciana, así como en Madrid y País Vasco por los procesos de integración llevados a cabo en los últimos años. En todos esos territorios BBVA también se encuentra plenamente asentado. Entre ambas firmas acumulan 3.084 oficinas en España (1.881 de BBVA y 1.203 de Sabadell).
Los clientes de los bancos fusionados también suelen realizarse numerosas preguntas acerca de qué cambiará en el trato con su entidad de toda la vida.