Heraldo de Aragón

Aferrados a El Alcoraz para coger oxígeno

El Huesca disputará en su feudo tres de los cinco partidos que restan de Liga ante el Oviedo, Santander y Levante

- IGNACIO ARROYOS ALÍNS

HUESCA. Qué mejor escenario que El Alcoraz para que la SD Huesca vuelva a saborear los tres puntos más de un mes después. Fue el 24 de marzo cuando se produjo la última victoria -frente al Burgos en casa (3-0), precisamen­te-. Este sábado, ante el Oviedo (16.15), el combinado azulgrana tendrá de su parte más 8.000 aficionado­s que allanarán el retorno hacia la victoria. Ni mejor, ni peor, ni buena ni mala. Simplement­e, es la oportunida­d que tiene el equipo para despejar la situación actual y volver a reconocers­e.

Y cada partido va a ser así, la búsqueda de tres puntos que hagan ver el descenso un poco más lejos pero, sobre todo, tres puntos que continúen recargando de moral al equipo para recuperar las señas de identidad y personalid­ad que se han quedado en el tintero, y que el equipo ha sabido mostrar en El Alcoraz y lejos de él. Y durante buena parte de la temporada, con todas sus alternativ­as y variables, consolidán­dose como un equipo de la zona noble desde la llegada del actual técnico.

La condición de peor local -21 puntos en 18 partidos- que la SD Huesca arrastra desde el inicio del curso queda asociada directamen­te a la pobre primera vuelta que el cuadro azulgrana completó en su feudo. De los once partidos disputados solamente ganó dos. Los diez puntos cosechados en la primera vuelta contrastan con los once obtenidos en los siete partidos de la segunda vuelta disputados en El Alcoraz hasta la fecha, esto es, un punto más a falta de tres encuentros por jugar en casa. El tropiezo en el derbi aragonés (12) truncó la mejor racha del equipo como local en toda la temporada: dos empates y tres victorias en cinco encuentros.

No puede negarse que la SD Huesca ha ido enterrando en los últimos partidos sus principale­s señas de identidad, basadas en el compromiso defensivo y en las mínimas concesione­s en la zaga. Algo propiciado, también, por el planteamie­nto de unos rivales que también juegan lo suyo, y que, últimament­e, han puesto en jaque al cuadro de Hidalgo. Pero el técnico azulgrana ya ha demostrado en los siete meses que lleva en Huesca ser capaz de revertir situacione­s todavía peores, cuando el equipo estaba atrapado en el fango del pozo, y sin un mínimo atisbo que predijera lo que meses después estaría por llegar.

Hace unos tres meses -el día que se produjo la victoria en el minuto 94 frente al Alcorcón (10)-, el equipo logró zafarse por fin de la incertidum­bre del descenso, que le acechaba día sí y día también, para comenzar a hacer vida fuera de él. Aquel triunfo, que, a priori, no significab­a más que una salida efímera del descenso para coger oxígeno después de no haber visto la luz en meses, se convirtió en un bucle positivo hasta el punto de resistir invicto durante los siguientes nueve encuentros, ocho de ellos sin encajar gol. La dinámica y los buenos resultados acompañaro­n durante meses, y la SD Huesca buscará este sábado, de la mano de un Alcoraz hasta la bandera, un contundent­e punto de inflexión que emprenda el camino definitivo hacia la permanenci­a.

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