Heraldo de Aragón

Las actuales Cinco Villas fueron un gran centro productor de vino en época romana

Una excavación arqueológi­ca en la localidad de Biota saca a la luz una gran pisadero de uva, en piedra, que se usó hasta el siglo V Además, se han descubiert­o lagares antiguos en Uncastillo, Sádaba y Layana

- MARIANO GARCÍA

ZARAGOZA. La comarca de las Cinco Villas cuenta con bodegas de relieve aunque la vid no sea hoy su cultivo dominante. Pero quizá en la Antigüedad sí fue un centro productor y exportador de vino. Una excavación arqueológi­ca en el paraje de La Figuera de Biota ha sacado a la luz el espacio de la pisadera de uva de un lagar. La ‘estancia’, de 6 metros de largo por 2,75 metros de ancho, está vinculada a dos lacos (depósitos de la bodega donde descansa el mosto). La excavación terminó ayer y hoy se celebra la jornada de puertas abiertas. Los científico­s aún están analizando todo lo aparecido.

«Ese espacio de pisadera de la uva segurament­e servía a dos lacos, uno de los cuales ha podido ser excavado y conserva tanto el orificio que lo une a la pisadera como, en la zona sur, una serie de agujeros para colgar el cestillo que permitía colar las brisas de la uva que caían desde la pisadera –señala Javier Andreu, catedrátic­o de Historia Antigua y director del Diploma en Arqueologí­a de la Universida­d de Navarra–. Contiguo al laco se han localizado dos espacios, uno al sur, que segurament­e era parte del almacén del mosto, y que contó con un vano que en un momento determinad­o se cerró y que daba a otro espacio, hacia el oeste, que ampliaría esa capacidad de almacenaje del vino producido».

Cuatro mil litros de vino al año

La excavación se inició el 15 de abril, ha sido dirigida por la arqueóloga aragonesa Paloma Lorente y un equipo de tres investigad­ores de la Universida­d de Navarra (Gabriel Garza, Javier Larequi y Luka García) y en ella han trabajado voluntario­s de Sádaba, Ejea y Biota. La intervenci­ón se ha inscrito en la colaboraci­ón que desde 2011 presta el Ayuntamien­to de Biota al proyecto de Los Bañales, que dirige Javier Andreu. Y ahora llegan las hipótesis. Las dimensione­s de las estructura­s de La Figuera son idénticas a las del laco descubiert­o el pasado verano en torno al cerro de El Huso y la Rueca, en Los Bañales. Y prácticame­nte en todas y cada una de las villas rurales romanas localizada­s hasta ahora en Sádaba, Layana, Biota y Uncastillo se han encontrado estructura­s de este tipo. ¿Demasiado vino para la zona?

«Pensamos que el lagar de La Figuera podía producir unos 4.000 litros al año –señala Javier

el equipo puede excavar. El yacimiento sigue siendo de propiedad privada y en esa zona se cuenta con autorizaci­ón de su propietari­o, Miguel Olóriz. Pero la otra familia propietari­a de la parcela principal no permite el acceso a la investigac­ión desde hace años. El yacimiento es Bien de Interés Cultural y cada campaña de investigac­ión se hace

Andreu–. Quizá fuera suficiente para abastecer a los habitantes de la villa. Pero el caso es que en las inmediacio­nes hay una especial abundancia de lagares, así que estamos casi seguros de que buena parte de la producción local se exportaba al exterior».

Lo que hoy es trigo y cebada pudieron ser vides entre los siglos I antes de Cristo y III de nuestra era, y constituir una importante fuente de ingresos para la zona, lo que podría explicar su florecimie­nto

más evidente que precisa pasar a ser de titularida­d pública.

Los trabajos en la ciudad romana se extenderán hasta el 28 de julio. El objetivo principal de la campaña será excavar una cloaca sobre la que los romanos colocaron uno de los dos decúmanos localizado­s.

La excavación cuenta con una aportación de 25.000 euros de la Comarca

de Cinco Villas. Completan la financiaci­ón los Ayuntamien­tos de Biota, Layana, Sádaba y Uncastillo. Este último ha reducido su aportación a la mitad, lo que ha obligado a reducir el número de estudiante­s becados para la excavación. Este año participar­án estudiante­s de España, Japón, China, Reino Unido, Chile, Argentina y Colombia. en la Antigüedad. En el caso concreto de La Figuera de Biota, el lagar estuvo en uso aún más tiempo, hasta el siglo V.

El equipo de Los Bañales está trabajando además con la hipótesis de que «esta ciudad y, sobre todo la que, inédita, se conserva en Fillera, en Sos, pudieran actuar de grandes centros de redistribu­ción del vino (se ubican al pie de la vía Caesar Augusta-Beneharnum)», añade Andreu.

En el marco del proyecto de la Universida­d de Navarra, se tiene previsto realizar una serie de sondeos en Fillera para resolver si algunas estructura­s localizada­s por investigad­ores alemanes por prospeccio­nes geomagnéti­cas podrían ser un gran almacén de vino para su comercio. «En Los Bañales, de hecho, en estos últimos años se han localizado hasta siete instalacio­nes de transforma­ción de la vid», subraya Andreu.

El equipo científico presentará los resultados de estos trabajos en el congreso de la Asociación Europea de Arqueólogo­s que tendrá lugar en Roma a finales de agosto.

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HERALDO El espacio donde el operario está tomando las medidas era donde se pisaba la uva para hacer vino en el lagar.

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