Daniel Sancho asegura que mató a Arrieta en defensa propia
El actor padre del acusado, que finalmente no declarará como testigo, se muestra «totalmente satisfecho» al término de la vista unos 38 grados y un altísimo índice de humedad, sin aire acondicionado a pesar de que la defensa pidió un nuevo aplazamiento. Una medida que desestimó una vez más el magistrado.
El acusado llegó a primera hora en un furgón. Un Daniel serio, con el cabello rapado, mirando al horizonte, iba con una mano esposada al vehículo. El testimonio del acusado tuvo lugar después del receso de la comida y se alargó hasta más allá de las 17.00 (hora tailandesa), momento del cierre de la sede de los juzgados. La vista concluyó sin que las partes terminaran su interrogatorio, lo que obligó a que hoy se tenga que retomar la declaración.
El fiscal, Jeerawat Sawatdichai, ya había avanzado que sería un interrogatorio extenso porque necesitaba numerosas aclaraciones sobre los hechos y el letrado tailandés de la defensa así lo confirmaba: «La coacusación tiene muchas preguntas para Daniel».
En las últimas jornadas, el abogado español de la familia Arrieta, Juan Gonzalo Ospina, ha sido protagonista de varias polémicas. La primera, al hacer un llamamiento público en las redes sociales al «pueblo colombiano» a que «levante la voz» y «apoye a la familia Arrieta». Unas declaraciones en las que también sembraba la sombra de la duda sobre la fiscalía: «Estamos viendo cosas sospechosas en el juicio y denunciaremos cualquier irregularidad». Estas palabras molestaron a Rodolfo Sancho, que dijo estar «indignado» por las valoraciones de Juan Gonzalo Ospina.
Otra polémica surgía tras la carta que el penalista dirigió al embajador español en Tailandia transmitiendo su malestar por la presencia del vicecónsul, Ignacio Vitórica Hamilton, en todas las sesiones del juicio. Desde el Ministerio de Exteriores respondían precisando que no se trataba del vicecónsul sino del primer secretario quien estaba acudiendo al juicio, al tiempo que se argumentaba que la presencia diplomática es habitual en los casos en los que un súbdito español se enfrenta a la pena de muerte.