En busca de Pirandello en la era digital
La Cultura digital se impone y afecta a todos los aspectos de la creación artística, imparable está transformando la manera de ver, oír y sentir los espectáculos en vivo y en concreto el teatro, no hay duda al respecto, la cultura digital he llegado para quedarse.
El teatro como lo conocemos plantea múltiples interrogantes ante la imparable transformación digital que nos trae incógnitas. En lo referente a los autores de teatro que es lo que me ocupa, muchas son las preguntas que nos hacemos al respecto: ¿seguiremos escribiendo teatro como lo hacemos hasta ahora?, ¿dónde quedará la autoría en un mundo regido por la inteligencia artificial?, ¿mantendrá el autor la relevancia social?, ¿escribiremos para un acto presencial o será el teatro algo inmaterial? ‘Seis personajes en busca de autor’ o seis autores en busca de personajes tangibles, Pirandello en la encrucijada, la cultura digital trasforma las formas de acceso al ocio y al conocimiento. Lo digital se ha tropezado con Pirandello, el autor en busca de recursos narrativos en el mundo digital.
Peter Brook en pleno siglo XX nos abrió´los ojos sobre la importancia del espacio vacío en la narración escénica: «Puedo tomar cualquier espacio vacío y llamarlo un escenario desnudo. Un hombre camina por este espacio vacío mientras otro le observa, y esto es todo lo que se necesita para realizar un acto teatral». De qué manera esta emblemática afirmación sigue vigente actualmente cuando lo digital y lo virtual forman parte de una misma dimensión de lo escénico. Dónde comienzan y donde finalizan los espacios creativos cuando la fusión entre la dimensión física y la dimensión virtual hoy se entremezclan continuamente, en dónde queda la literatura dramática, la autoría, el escritor de literatura dramática ya perdió presencia en el hecho teatral en favor del director de escena y con las transformaciones digitales. ¿Dónde quedará finalmente su papel? ¡Shakespeare enloquecido!
El teatro siempre ha estado cerca de lo incontrolado e imprevisible; cuando hablamos de literaHumpty Dumpty dice: «Cuando utilizo una palabra quiero que signifique lo que yo quiero, ni más ni menos». La cuestión es que el teatro puede hacer que las palabras signifiquen cosas diferentes y esta es una de sus fortalezas y grandezas, las palabras en manos del director de escena y del interprete pueden cambiar su significado, en esto reside la importancia de la puesta en escena, la relevancia del autor frente al director de escena o al interprete se debe una vez más poner en valor. Estos cambios que anuncia la cultura digital condicionan, sin duda, la manera de ver y escribir teatro, nos conducen a una nueva manera de comunicarnos.
La encrucijada del futuro Asistimos a la caída de los límites entre lo real y lo virtual; a la desaparición de la frontera entre el ser humano, la máquina y la naturaleza; el paso de la escasez a la sobreabundancia informativa, al exceso y a la inmediatez de la información; estamos en la transición acelerada de la primacía de las cosas a la primacía de las interacciones.
Empezamos a conocer lentamente las consecuencias de la digitalización, pero nos resulta difícil aceptar y adaptarnos a los cambios que este proceso genera en las artes escénicas y sobre todo como afectan a la autoría teatral, como afectan a los escritores de literatura dramática, esta nueva manera de analizar el mundo y las relaciones humanas produce nuevos modelos de consumo y de ocio y nuevas narrativas que afectan a la manera de escribir.
Como decía Federico García Lorca al teatro acudimos a ver que nos pasa y no a ver qué pasa. Luigi Pirandello sigue a la búsqueda de actor quizás ahora busque más al autor confundido y perplejo Pirandello afirma la realidad no es más que una ilusión, aunque muy persistente.
Estos son los retos que los escritores de teatro viven actualmente, sabiendo que la vida no es más que un interminable ensayo, de una obra que jamás se va a estrenar, así seguirá siendo por el placer del encuentro en asamblea en un teatro.