Heraldo de Aragón

La retirada no pasa por la cabeza de Cristian

- P. G.

ZARAGOZA. Tiene 38 años. Cristian Álvarez, el guardameta argentino del Real Zaragoza, hace días que sabe, tanto por él como por todos los aromas naturales que recibe desde su alrededor, que está en la recta final de su longeva y prolífica carrera como portero de alto rango en el fútbol español (y mundial). Pero como buen cancerbero, ese punto final se alarga camino de los 40.

Este año, esta liga 23-24, ha sido la más dura de su trayectori­a a causa de las lesiones. Una de índole muscular sufrida en la jornada 9 en Andorra, en octubre, tuvo después dos réplicas. En la última, quedó apartado con la baja médica durante medio año natural, hasta reaparecer el domingo pasado en La Romareda ante el Burgos.

Cristian contó ayer públicamen­te parte de sus vivencias personales en este calvario de la enfermería, el peor hábitat siempre para los deportista­s. «En este periodo, he tenido muchísimos estados anímicos. Han sido seis meses. He vivido momentos de ilusión porque veía que estaba cerca de regresar con el grupo, pasando por las recaídas, mezcladas con las situacione­s del equipo que me ha tocado verlas desde fuera... Ha sido la primera vez en mi carrera que he tenido recaídas de una lesión. Son momentos difíciles de los que, al menos, yo saco un aprendizaj­e para mi vida», dijo en un principio.

Álvarez renovó automática­mente su contrato por un año más, el que viene, al cumplir la cláusula de partidos jugados justo el día en el que se lesionó por primera vez. A partir de ahí, el viacrucis. «No he pensado en cómo plantearme el futuro la próxima temporada. Quiero volver a sentirme futbolista, portero, era mi objetivo principal durante el mes que llevo entrenando. Necesitaba volver a tener sensacione­s, saber que estoy bien. Ese es el plan a corto plazo. Me veo con la ilusión de siempre», arrancó diciendo en otro epígrafe de su discurso.

El sudamerica­no dejó ahí una de sus frases epistolare­s. «Cuando el niño muere, el futbolista se acaba. Y mi niño está bien despierto adentro», señaló para sugerir su ilusión por seguir adelante un tiempo más.

Así que la opción de dejar el fútbol prematuram­ente no está en su guion. «No he pensado en retirarme. No. Pero he aprendido cosas, como he dicho. La principal, que me apresuré hasta dos veces en volver a jugar, no tuve la serenidad de pensar que, esperando una semana más, segurament­e iba a estar mucho mejor para regresar al equipo. Así que a partir de ahora sé que tengo que vivir el fútbol día a día, semana a semana. Y de esta manera igual termino jugando hasta los 42... o hasta los 40», subrayó con contundenc­ia.

Cristian no quiso hablar de fracaso en esta temporada. Entremezcl­ó sus criterios personales con los del colectivo para razonar su postura. «Nunca he tenido en mi vida la vara de medir entre el éxito o el fracaso. Si digo que este año es un fracaso, sería admitir que yo he fracasado en mi trabajo. Y yo no me considero un fracasado por no haber ascendido con el Real Zaragoza en estos 7 años. Trabajo cada día para conseguir los objetivos».

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