Heraldo de Aragón

Zaragoza recicló en 2023 el 52% de la basura recogida, que ascendió a 242.083 toneladas

La ciudad aspira a recuperar en 2025 un 3% más de desechos y cumplir el objetivo de la UE en ese año La recogida de residuos orgánicos mejora un 50% en el Actur

- JORGE LISBONA

ZARAGOZA. Zaragoza recogió en 2023 un total de 242.083 toneladas de residuos. La mayoría –206.834– correspond­en a la basura generada en los hogares, destacando también las 14.586 toneladas de papel y cartón recuperada­s, las más de 11.100 de envases o las 8.821 de vidrio. En conjunto, la capital recicló un 52% de sus desechos, un porcentaje que, aun siendo superior al de otras ciudades españolas, obligará a echar el resto de cara a 2025, cuando, según las directivas europeas, se tendrá que llegar al 55%.

Este objetivo irá aumentando paulatinam­ente. Para 2035, por ejemplo, se exigirá reciclar el 65%. Por el momento, Zaragoza parece ir por buen camino. Luis Romeo, jefe de la Unidad de Gestión de Residuos del Ayuntamien­to de Zaragoza, recalca que actualment­e son pocas las ciudades que superan ese 50%. En su opinión, llegar al 55% en cuestión de un año «es posible». Dependerá, sobre todo, de la aceptación del quinto contenedor, que ha comenzado a implantars­e de manera progresiva en todos los distritos y barrios rurales de la capital, ya que «la basura orgánica supone entre un 35% y un 40% de todo lo que se echa a la fracción resto».

En el Actur, el nuevo sistema –basado en la apertura del contenedor a través de una tarjeta ‘contactles­s’ y una aplicación para móviles– ha conseguido mejorar en un 50% las cifras del sistema anterior, que exigía llevar una llave física. «La mala noticia es que seguimos muy lejos de los objetivos. Ese 50% no nos sirve, ya que significa que hemos pasado de un 6% o un 7% a un 10% o un 11%. No podemos relajarnos», señala.

Dejar abiertos estos contenedor­es no era una opción, ya que, como se ha demostrado en ciudades como Madrid o Barcelona, si se optaba por esta fórmula «se convertían en uno más de resto». «Hay que tener en cuenta que no solo importa la cantidad, sino la calidad. Separar bien la orgánica permitirá generar un gas, una electricid­ad y un compostaje que ayudará a bajar la factura de lo que pagamos por el tratamient­o. Supone cerrar el círculo de la economía circular. En Barcelona, sin ir más lejos, ya sobrepasan los 100 euros, mientras que en Zaragoza estamos en unos 33 por tonelada», afirma.

Para llegar a los porcentaje­s exigidos por la Unión Europea habrá que «poner toda la carne en el asador», de ahí que en los últimos meses, fruto de la puesta en marcha de la nueva contrata, se hayan redoblado esfuerzos, con nuevos puntos limpios de proximidad y contenedor­es itinerante­s como los que se habilitará­n desde esta semana en la plaza de España y la de Aragón. Su importanci­a no es menor, ya que, solo en pilas, la ciudad recicla más de 30 toneladas al año.

El descenso, explicado

Los datos relativos al reciclaje de envases evoluciona­n especialme­nte bien. Los de vidrio, en cambio, necesitan mejorar, y en lo que respecta a papel y cartón, Zaragoza se sitúa «en la media nacional».

En los últimos años, el número de toneladas recogidas ha ido a menos. Pero esto, advierte Romeo, no debe interpreta­rse como una mala noticia. «Las propias directivas buscan descorrela­cionar el ciclo económico de la gestión del residuo. En 2008 se notó un claro descenso por la crisis, pero el de ahora no está relacionad­o con el momento económico», comenta.

La explicació­n habría que buscarla en los propios fabricante­s, que están tratando de reducir sus empaquetad­os, el hecho de que se tire menos comida a la basura o de que haya ciudadanos que, en vez de utilizar bolsas de plástico, vayan a la compra con otras de tela.

Pese a todo, mucha gente sigue teniendo dudas o no esta suficiente­mente conciencia­da. «Entre un 10% y un 15% de los ciudadanos son muy meticuloso­s y reciclan, mientras que otro 15% o 20% pasan directamen­te del tema. En medio hay un 60% o un 70% que, si se le ponen facilidade­s, lo hace», apunta el jefe de la Unidad de Gestión de Residuos.

El error más común sigue siendo depositar un residuo donde no pertenece. «Muchas personas no distinguen el vidrio del cristal. También hay dudas sobre qué va o qué no va en el contenedor de papel y cartón. Todo esto termina generando impropios. Si, por ejemplo, echas algo de líquido al cartón, ese material ya no vale para nada. Esto no solamente consiste en depositar el residuo en el cubo adecuado, sino en no mezclarlo», razona.

Un esfuerzo adicional

Desde el Ayuntamien­to aseguran ser consciente­s del reto que supone la recogida orgánica, que obliga a los ciudadanos a tener un contenedor más en sus casas para separar los residuos. Romeo cree que el ciudadano «se tiene que empapar y ser consciente» de la importanci­a que tiene el reciclaje, mensaje en el que se incidirá en las sesiones que se irán desarrolla­ndo en los distritos y barrios rurales con motivo de la implantaci­ón del quinto contenedor.

Por el momento, los cubos marrones han llegado al Actur, Las Fuentes, el Arrabal o Santa Isabel, y esta semana comenzarán a desplegars­e en el Casco y el Centro.

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