Víctor se topa con la realidad
Poco a poco, el paso de las jornadas ha ido situando a Víctor Fernández frente a la realidad de la plantilla del Real Zaragoza 2023/24. Cuando por un equipo pasan tres entrenadores en pocos meses, generalmente el problema no está en el banquillo. La terna de técnicos que ha pasado esta temporada por la banda de La Romareda se ha topado con una plantilla a la que se le han visto las costuras demasiado pronto; con jugadores llamados a levantar al público de sus asientos que lo que han hecho es enfadarlo; y con una serie de desgracias en forma de lesiones que no han ayudado demasiado a ninguno de los tres.
Víctor Fernández admitió ayer que desde su puesto de aficionado se veía todo más fácil. El aterrizaje de la grada al banco no ha sido sencillo, y el técnico ve ahora de forma mucho más clara los problemas que sufrieron previamente Fran Escribá y Julio Velázquez. «No tenemos centrocampistas», «no tenemos extremos», «no tenemos lateral izquierdo», «no tenemos gol»... Fueron frases que salieron ayer de su boca. Sentencias duras provocadas en parte por las lesiones, pero también por la deficiente configuración de la plantilla. No lo digo yo, lo dijo –también– el propio técnico: «Quizá yo la estructura técnica de la plantilla no la habría configurado así». Intencionado o no, sonó a dardo en toda regla y permite especular sobre cómo será el reparto de roles en la planificación de la próxima temporada.
Esto será otra historia. De momento, la materia prima con la que cuenta Víctor Fernández es la que debe sacar adelante una permanencia que conviene atar cuanto antes, ya que los nervios pueden convertir las últimas jornadas en una especie de ruleta rusa. Tras el fiasco en casa frente al Burgos, el enésimo de la temporada en La Romareda, Oviedo aparece como una oportunidad complicada, pero es la que hay y conviene no despreciarla. Por lo que pueda pasar.