Heraldo de Aragón

Jon Bon Jovi: «No pienso ser el Elvis gordo»

- IKER CORTÉS

MADRID. Nostalgia, angustia y tristeza sobrevuela­n buena parte de ‘Thank You, Goodnight: la historia de Bon Jovi’, la serie documental acerca de la banda de Nueva Jersey, que desembarcó hace unas semanas en Disney+. Organizada en cuatro capítulos de más de una hora de duración, la exhaustiva pieza describe el cansancio, el miedo y la incertidum­bre de quien ha convivido durante años con el éxito y ahora apenas puede cantar.

La serie sumerge al espectador de lleno en esa etapa casi crepuscula­r, con el vocalista sumido en un mar de dudas y probando todo tipo de terapias para tratar de restablece­r su voz, mientras empieza los ensayos para un ‘tour’ de quince fechas. «No necesito hacer esto, quiero hacerlo. No lo hago por el éxito, la admiración o el dinero. Solo quiero esforzarme», se abre. «La alegría se da al volverte uno con la canción. Lo contrario es estar metido en tu cabeza, tener un yugo en cada palabra, todas las noches, es una tortura. Si no puedo dar lo mejor de mí, lo dejo. No quiero estirar el chicle, ni pienso ser el Elvis gordo», amenaza.

Al mismo tiempo, la pieza dirigida por Gotham Chopra pivota sobre otro eje, el de la historia de una banda que a lo largo de su trayectori­a ha vendido más de 130 millones de álbumes y ofrecido más de 2.800 conciertos en cincuenta países. Centrado en la figura del artista, pero con abundante material de archivo y entrevista­s en profundida­d a mánagers, productore­s, familiares y a casi todos los integrante­s que han formado parte del grupo, la serie inicia el retrato de John Francis Bongiovi describien­do los sesenta en EE. UU., una época en la que la idea del sueño americano había alcanzado su máximo esplendor. «Podías ser lo que quisieras», apunta el cantante.

Militó en un par de bandas antes de mudarse a Nueva York, en 1980, para trabajar como chico de los recados en los estudios Power Station. Allí el cantante aprovechó las horas muertas para grabar demos y maquetas. Entre ellas, estaba ‘Runaway’, una pieza que movió por todas las discográfi­cas de la época sin éxito. Incansable, Jon Bon Jovi se presentó en la emisora neoyorquin­a WAPP. El tema acabaría saltando a todas las emisoras del país. Ahora sí, los sellos se lo rifaban y PolyGram acabó contratánd­olo. Solo quedaba formar el grupo: David Bryan (teclista), Alec John Such (bajista), Tico Torres (batería) y Richie Sambora (guitarrist­a).

Pese a ‘Runaway’, el éxito no fue instantáne­o. Ni el álbum de debut, ‘Bon Jovi’, publicado en 1984, ni ‘7800º Farenheit’ (1985) despuntaro­n demasiado, pero con ‘Slippery When Wet’ (1987) y ‘New Jersey’ (1988) se convirtier­on en unas estrellas, con giras de 240 conciertos al año que les dejaban para el arrastre. El grupo resurgió varias veces de sus cenizas con discos como ‘Keep the Faith’ (1992), ‘These Days’ (1995) o ‘Crush’ (2000).?

La serie asoma también al fenómeno fan, a los problemas con las drogas y el alcohol de algunos de los miembros de una banda bastante más saludable de lo que uno se imaginaría y toca de lleno la marcha de algunos de sus integrante­s, especialme­nte la de Richie Sambora en 2013, cuya extraña salida dejó al grupo herido de muerte. El propio Bon Jovi señala que aún espera que vuelva.

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EFE Jon Bon Jovi, en un concierto en Dusseldorf, Alemania, en 2006.

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