Heraldo de Aragón

Recepción con más de 300 invitados en el patio del palacio arzobispal

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chaqueta, su boina roja se distinguía entre el resto de la comitiva gracias a su altura, vigilada de cerca por el personal de seguridad. La salida casi coincidió con las 12.00, el momento en el que por la megafonía de la basílica del Pilar suena el ‘Bendita y alabada’.

«Sabía que no me iba a defraudar. Ha sido como esperaba, una persona sencilla, humilde. Nos ha dado la mano con una humildad y una mirada que lo dice todo, y guapísima», contaba Fina después del saludo a la heredera.

Fina había acudido con su amiga María González, de las Delicias, que se mostró igual de sonriente y nerviosa. «Me he emocionado mucho, sobre todo, cuando te da la mano con esa sinceridad, con ese cariño, pues la verdad es que muy emocionada también, con la princesa, futura reina», añadió. Estaba «orgullosa» de que su padre recibiera formación militar en Zaragoza, hace 38 años, de que ahora haya sido ella, e incluso pensaba en la siguiente generación. «Esperamos que dentro de unos años el futuro niño o niña que tenga venga aquí a Zaragoza», deseó.

Pili Royo y su hijo Eduardo Lorenz, vecinos del barrio Oliver, esperaban a primera hora a la altura de la Lonja. «Tengo fiesta y no tengo que hacer nada», contó el joven de 25 años. Su madre añadió: «Es que le gusta la princesa», para sonrojo de su hijo. Bromearon con que «a ver si tenemos suerte y nos juntamos con alguien de la Casa Real».

«Es una chica muy maja y sencilla, yo creo que lo hará bien», añadió ella sobre el futuro de Leonor como reina.

«¿Ya sale?»

Los instantes antes del paso de la heredera fueron de nervios y búsqueda del mejor sitio para poder verla. «¿Ya sale?», preguntaba­n quienes no alcanzaban a ver la puerta del Ayuntamien­to. «Cuando se oiga aplaudir», decía otra de las ciudadanas impaciente­s. Los más sorprendid­os eran los turistas que cruzaban la plaza desde primera hora sin saber qué ocurría y preguntaba­n a la Policía y a los periodista­s.

«Va a ser la mejor reina», aseguraba María José Chaves. Esther García, jubilada que se había acercado desde la Jota, aguardaba nerviosa. Esta era la segunda vez que esperaba ver de cerca a la princesa, ya que pudo hacerlo en el acto celebrado el pasado año cuando los cadetes hicieron una ofrenda a la Virgen del Pilar. Entonces, la plaza se llenó a rebosar de familiares, espectador­es y turistas en un acto en viernes y víspera del Pilar. «Ese día la vimos estupendam­ente cuando salió por detrás de la catedral», recordó.

Entre las más veteranas en el público se encontraba Josefina Serrano Navarro, de 93 años. Vino con sus hijas y anunciaba lo que pensaba gritar al paso de la Princesa: «¡Guapa!». «Y que estudie mucho en la Academia General Militar de Zaragoza», dijo.

Pablo Gasque, un zaragozano de 19 años, fue de los pocos ciudadanos que llevaron una bandera nacional. Pudo saludar a Leonor porque estaba en primera línea. «Me siento orgulloso de ser español en este tipo de actos», destacó.

ZARAGOZA. Tras la entrega de la Medalla de Aragón en la catedral del Salvador, la jornada de homenaje a la Princesa de Asturias, Leonor de Borbón, se cerró ayer con una recepción en el hermoso patio del palacio arzobispal de Zaragoza. Allí acudieron los más de 300 invitados al acto oficial de la Seo, que tuvieron la ocasión de conversar con la heredera al trono en un ambiente distendido.

El presidente de Aragón, Jorger Azcón, actuó como cicerone y acompañó a la Princesa de Asturias a los distintos grupos para charlar con los invitados. Entre ellos estaban representa­ntes del tejido empresaria­l, los medios de comunicaci­ón y distintos responsabl­es de las institucio­nes, como los consejeros del Gobierno, diputados o concejales. En el ágape se sirvieron vinos aragoneses y el clásico picoteo.

Muy simpática, Leonor de Borbón charló con los presentes. La pregunta más repetida era si le gustaba Zaragoza o por sus estudios. Tal y como manifestó en su discurso institucio­nal, en todo momento se ha sentido arropada en la ciudad. «Es muy majica», dijo una diputada aragonesa que pudo conversar con Leonor de Borbón. Algunos de los invitados indicaron que la princesa explicó durante el ágape que ahora inicia una fase de maniobras especialme­nte exigentes con sus compañeros de la Academia General Militar de Zaragoza.

Está previsto que los ejercicios se realicen en el campo de San Gregorio y en otro destino que todavía está por fijar, entre el 25 de mayo y el 7 de junio. Su despedida de la Academia será el próximo 3 de julio, en la entrega de despachos. Un mes después ingresará en la Academia de la Armada de Marín, en Pontevedra, para continuar con una instrucció­n que culminará a principios de verano de 2026 en la Academia del Ejército del Aire de San Javier, en Murcia.

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