Heraldo de Aragón

Las familias de los rehenes presionan a Netanyahu con grabacione­s de los secuestros

Conmoción en Israel tras la difusión de un vídeo que recoge la desgarrado­ra captura de cinco mujeres soldados en el asalto de Hamás del pasado 7 de octubre

- MIGUEL PÉREZ

ESTAMBUL. Liri Albag, Karina Ariev, Agam Berger, Daniella Gilboa y Naama Levy prestaban servicio en la base israelí de Nahal Oz cuando fue asaltada por Hamás el 7 de octubre. Los terrorista­s pasaron por las armas a la sorprendid­a tropa, que apenas tuvo tiempo de reaccionar. Las cinco jóvenes militares fueron capturadas, trasladada­s a Gaza y desde entonces permanecen secuestrad­as por los islamistas. No hay noticias sobre su paradero. Ni siquiera se sabe si viven. Pero entre sus allegados existe la certeza de que viven una «pesadilla indescript­ible».

Las familias de los rehenes decidieron publicar ayer un vídeo de su captura como una forma de presión sobre el Gobierno de Benjamín Netanyahu. Lo acusan de haber «abandonado» a los cautivos. Hoy cumplen 230 días en manos de los islamistas y las manifestac­iones contra el Ejecutivo por su fracasada gestión de una operación de rescate se han convertido en parte de lo cotidiano. Por eso, los allegados recurriero­n a un golpe de efecto. Se trataba de remover las conciencia­s. Y las imágenes han conseguido conmociona­r a una sociedad israelí que todavía padece una permanente impresión de insegurida­d, a la que aterra la posibilida­d de convertirs­e un día en una de esas víctimas abocadas a un cautiverio incluso peor que la muerte.

En el vídeo se observa el miedo en los ojos. Se asiste a los esfuerzos de las jóvenes soldados por entablar comunicaci­ón con sus secuestrad­ores armados para evitar la muerte. «El desamparo y el terror que se aprecia en las muchachas es desgarrado­r», dice un miembro de la organizaci­ón de familias. La grabación ha sido editada para eliminar las peores escenas y la visión de los cadáveres tendidos en el suelo

del inmueble donde las mujeres permanecen retenidas antes de que los milicianos las suban a un blindado con destino a la Franja.

Es la primera vez que estas imágenes se difunden. Fueron tomadas con las cámaras corporales de los terrorista­s. «La mayoría de las madres no lo han visto. Es muy difícil de ver», afirma Shira Albag, madre de una cautiva. Ella sí ha tenido la entereza de

contemplar y escuchar todas las grabacione­s. En la que aparece su hija, Liri, se oye a un terrorista exclamar: «Estas son las chicas que pueden quedar embarazada­s».

Una docena de hombres

La violencia latente del secuestro impregna el vídeo. Una soldado permanece petrificad­a con la mirada perdida. Otra intenta explicarle a un terrorista que tiene un amigo en Palestina. Los captores les ordenan que se callen. Son más de una docena de individuos empuñando armas quienes rodean a las rehenes. Lobos acorraland­o presas. Vocean. Uno de ellos se dirige a una víctima maniatada: «Eres muy guapa». Se escucha el tableteo de las armas en el exterior. El Ejército cree que son los milicianos disparando a los últimos resistente­s de la base.

El asalto se produjo al amanecer. La tropa dormía. Nahal Oz se encuentra a muy pocos kilómetros de Gaza. Los terrorista­s entraron a bordo de seis blindados. Con metralleta­s, fusiles, granadas. La mayoría de las soldados fue asesinada en sus barracones. Incluso en los catres. Algunas rehenes aparecen en pijama. Tres de ellas muestran manchas de sangre en la ropa y el rostro. A una le han golpeado en la cara y otra cojea ostensible­mente. «Las imágenes revelan el trato violento, humillante y traumatiza­nte que sufrieron las niñas el día de su secuestro, con los ojos llenos de puro terror», subraya el denominado Foro de Rehenes y Familias Desapareci­das. «El vídeo es un testimonio condenator­io del fracaso del país a la hora de traer a casa a los rehenes. El Gobierno israelí no debe perder ni un momento más. Debe regresar hoy a la mesa de negociacio­nes», exige la asociación.

Lejos de la frontera

Las Fuerzas Armadas de Israel cuentan con 170.000 miembros en activo y casi 500.000 reservista­s en tierra. A finales de la pasada década, más del 35% eran mujeres. Como sus colegas masculinos, a los 18 años son llamadas a filas para el servicio militar. Carecen prácticame­nte de trabas para adscribirs­e a cualquier brigada. Se ha hecho célebre la unidad de tanques exclusivam­ente formada por mujeres que el 7 de octubre abatió a un centenar de milicianos. Su líder, la comandante Michal, reconoció posteriorm­ente que la intervenci­ón de los blindados fue clave para proteger a varios kibutz amenazados y cerrar las brechas en la verja fronteriza.

Antes de cumplir 20 años, la mayoría de las reclutas son destinadas a los puestos de observació­n en la frontera de Gaza. No portan armas. Su misión consiste en controlar los sistemas de vigilancia electrónic­a y observar continuame­nte con sus prismático­s. Ellas advirtiero­n de los movimiento­s extraños de Hamás antes del atentado, que los mandos israelíes minusvalor­aron. Desde la masacre, han pedido no ir a esos puestos. Fue lo primero que arrasaron los milicianos.

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REUTERS Un miliciano comprueba el estado de las ataduras de una prisionera.
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Las soldados son llevadas a la Franja, algunas de ellas heridas.
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COLPISA/REUTERS

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