Heraldo de Aragón

‘El beso’, tesoro austríaco de Klimt que causó furor en el Simbolismo

- N. M. Z.

Desde sus inicios, Avanza se ha fijado como misión principal mejorar la calidad de vida de las personas a través de la movilidad. Para conseguirl­o, desde la compañía no dudan en emplear las últimas tecnología­s a su alcance, tal y como Klimt innovaba con sus materiales buscando ir un paso más allá con sus obras. El objetivo del trabajo de Avanza es prestar a los ciudadanos un servicio de calidad, fiable, accesible, seguro y respetuoso con el medio ambiente.

Dos amantes a tamaño real en el borde de un acantilado floreado rodeados de oro. Esta es la descripció­n de uno de los tesoros más reconocido­s del arte simbolista y modernista de Austria: ‘El beso’. Según los expertos, sus protagonis­tas recuerdan al propio autor con su pareja o una de sus múltiples amantes, argumentan­do que en muy pocas ocasiones Klimt retrataba hombres. Es la obra más conocida de este pintor austríaco, un óleo realizado entre 1907 y 1908 con laminillas de oro y estaño sobre un lienzo de un tamaño que asciende a los 180 centímetro­s a lo largo y a lo ancho. Un ejemplo claro del periodo dorado de Klimt, inspirado en los mosaicos bizantinos.

Sus figuras lánguidas, cubiertas por formas geométrica­s y flores, además del empleo de materiales innovadore­s como el oro, convierten a esta obra de Gustav Klimt en una pieza innovadora sí, pero también polémica. Aunque en esta, concretame­nte, los protagonis­tas están vestidos, en contraste a su predisposi­ción por retratar figuras femeninas desnudas o semidesnud­as, obras como esta, cargadas de sensualida­d, se catalogaro­n por la sociedad conservado­ra austríaca de la época como «pornográfi­cas».

Siguiendo su carácter refinado, complejo y hermético, las obras de Klimt (Viena, 1862 – Viena, 1918) destacaban por esa alta carga de sensualida­d, por la abstracció­n y por el empleo de materiales como el oro. Las flores son un elemento recurrente en muchas de sus obras, denotando feminidad, pues siempre acompañan a las figuras femeninas, catalizado­ras de su simbolismo, como es el caso de este cuadro, que se encuentra en la Galería Belvedere, en Viena.

De hecho, Viena fue la ciudad testigo de su vida y obra, y el lugar donde se exponen la mayor parte de sus obras, en los que dejó ver su pasión por el erotismo y el oro. La Galería Belvedere, además de cuidar de ‘El Beso’, también guarda a buen recaudo otro gran ejemplo, ‘Judit’ (1901). Sin salir de la capital austríaca, también se encuentran otras de sus obras más famosas, como son ‘Muerte y Vida’ (1916) y ‘Dánae’ (1907), expuestas en el Leopold Museum.

En la recreación de ‘El beso’ planteada por HERALDO, el prado floreado sobre el que se posan los amantes tiene en la estátice su principal componente. Con sus hojas y flores coloridas, comparte espacio con la paniculata y con crisantemo­s y margaritas de reducido tamaño, que también aportan colorido al conjunto. Completan la escena el musgo, brotes verdes y flores silvestres que rellenan la composició­n, sin olvidar la hiedra que adorna la cabeza del enamorado.

 ?? ARÁNZAZU NAVARRO ??
ARÁNZAZU NAVARRO
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain