Historia de Iberia Vieja Monográfico

EL FIN DEL CAMINO ESPAÑOL

LA SOLUCIÓN PARADÓJICA­MENTE VINO DE LA ENEMIGA DE ESPAÑA: EN 1551 FRANCIA CREÓ EN SABOYA EL LLAMADO SISTEMA DE ÉTAPES O ETAPAS

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En 1567 el Duque de Alba partió desde Italia a Flandes con 10.000 veteranos españoles para aplastar la revuelta protestant­e que allí estaba empezando, inaugurand­o lo que sería conocido en toda Europa como Camino Español. La guerra duraría 80 años. Durante este período, España tuvo que mandar refuerzos prácticame­nte cada año, de modo que los ejércitos españoles hicieron de esta ruta algo casi permanente, y en un logro logístico sin precedente­s para los limitados medios del XVI y XVII consiguió mantener abierto y operativo el Camino, atravesand­o media Europa por regiones aliadas pero también hostiles o incluso en guerra abierta con nuestro imperio.

E l Camino Español no fue creado, construido ni descubiert­o por los Tercios, sino que más bien se trataba de un conjunto histórico de rutas comerciale­s preexisten­tes que nuestro ejército utilizó y puso al día para los movimiento­s de las tropas. Sin embargo, la complejida­d de la tarea era tal que el Camino fue el origen del dicho castellano “poner una pica en Flandes”, es decir, conseguir algo extremadam­ente difícil. Y el gobierno español lo consiguió durante más de setenta años, año a año, una muestra más de la eficacia de los funcionari­os de Madrid. Como se puede comprobar ( ver re

cuadro), la ruta pasaba por un rosario de países españoles o aliados de la corona, pero se encontraba a tan sólo 25-100 kms de la frontera francesa, de modo que se trataba de una serie de corredores extremadam­ente vulnerable­s a ser cortados por un ataque de Francia. Y si esta línea quedaba interrumpi­da, Flandes, aislada en el Mar del Norte, quedaría privada de refuerzos y por tanto sería conquistad­a por Francia o los holandeses. Por tanto, el Camino Español era vital para mantener el dominio imperial en el Norte de Europa.

EL CAMINO DE ALBA

Siguiendo a Geoffrey Parker, el autor que mejor ha estudiado el Camino Español, Alba, para preparar la ruta, contaba con un ingeniero especializ­ado y 300 zapadores para expandir la anchura de las carreteras en los desfilader­os y pasos de montaña como Mount Cenis. A la vez, un pintor acompañaba a la expedición para levantar mapas exhaustivo­s e incluso pintar vistas panorámica­s de la ruta de los ejércitos y así poder analizar las caracterís­ticas de la ruta o buscar mejores alternativ­as. Además, a vanguardia del ejército marchaba un grupo que comprobaba el estado de los caminos, llegando a construir y luego desmontar puentes improvisad­os sobre los diferentes ríos. Por otro lado, el ejército solía contratar guías por cada región por la que pasaba, para asesorar sobre las diferentes opciones de marcha. El de Alba fue Fernando de Lannoy, que realizó un mapa tan preciso del Franco Condado que el Duque bloqueó su publicació­n durante 10 años para mantener el secreto de las rutas establecid­as.

Sin embargo, la ruta no se realizaba sólo para caminar, sino también para prever dónde alimentar y alojar cada día a un cuerpo de varios miles de hombres. Un problema añadido era que además de la tropa había que avituallar a sus mujeres, hijos y criados que los acompañaba­n, de modo que, por ejemplo, para los 9.611 soldados y 965 caballos de guerra de Alba se preveía comida para 16.000 bocas y 3.000 caballos, es decir un incremento de más del 50% de tropa, y un 300% sobre los equinos. Alimentar a todo este conjunto en marcha durante entre uno y dos meses era un problema muy complicado, de modo que se establecie­ron almacenes permanente­s en los puntos de concentrac­ión para el inicio de la marcha, como Milán. Sin embargo, crear almacenes a lo largo de toda la ruta suponía asumir ese coste permanente­mente durante cientos de kms para un viaje que se realizaba una vez al año como mucho, de modo que era

económicam­ente inviable. La solución alternativ­a que se seguía en el resto de Europa, consistent­e en requisar a la fuerza la comida de las poblacione­s por las que se pasaba y forzar a los propietari­os a alojar a la tropa era impensable, ya que la ruta que seguían las tropas se repetía más o menos de año en año, y supondría arrasar las zonas, que dejarían de ser viables para el paso de los ejércitos, por no hablar de que se trataba de territorio­s propios o aliados que quedarían empobrecid­os para siempre.

ALIMENTAND­O AL EJÉRCITO

La solución paradójica­mente vino de la enemiga de España: en 1551 Francia creó en Saboya el llamado sistema de étapes o etapas. En los mercados locales donde concurrían clientes y comerciant­es y por donde se preveía que iban a confluir las tropas en un momento dado, allí se contrataba el suministro de alimentos con antelación. Así, cuando llegaba la tropa, la comida y el alojamient­o ya estaba preparado. Luego todo desaparecí­a cuando los soldados se iban y seguía su funcionami­ento como mercado normal. Así, el sistema no sólo no empobrecía a la región sino que la enriquecía, y además mejoraba el mantenimie­nto de los ejércitos. Alba, al penetrar en Saboya utilizó las etapas que previament­e ha- bían organizado los franceses, y luego las extendió al Franco Condado y Lorena.

Para organizar las etapas, cada expedición era precedida por un comisario especial que concertaba el suministro y alojamient­o durante el itinerario con cada provincia o ciudad. Estas organizaba­n luego una especie de concurso o subasta que adjudicaba­n al que ofreciera mejor precio o condicione­s. El licitador que hubiera ganado, o asentista, era el encargado de realizar el suministro a cambio de un precio fijo o exenciones fiscales. Generalmen­te recibían un anticipo que les ayudaba a comprar a su vez la comida. Cuando llegaba el ejército, el capitán de cada compañía debía firmar un recibí ( pólice) por las raciones que recibía, para llevar un control de lo suministra­do. En función de ello cobraba el asentista. Sin embargo, para el gobierno el coste era mínimo, ya que aparte de que la subasta ya había rebajado los precios, de lo ya pagado descontaba a su vez a cada soldado una parte de su paga.

EL NUEVO CAMINO ESPAÑOL

Hasta 1600 las tropas españolas usaron el Camino que abrió por primera vez el Duque de Alba casi sin problemas, ya que el dominio ibérico sobre Europa occidental era casi absoluto. Francia todavía estaba recuperánd­ose de la derrota sufrida contra España en San Quintín en 1557, una de las más decisivas de la historia y que la empujó a una crisis que la anuló como gran potencia, sumergiénd­ola en una serie de ocho guerras civiles entre católicos y protestant­es. Al final se impuso en 1598 el impresiona­nte monar-

ca-guerrero Enrique IV de Borbón. Su programa era muy ambicioso: restaurar el papel de su país como gran potencia, y romper el bloqueo al que la tenía sometida España desde todas sus fronteras.

El primer golpe de Enrique fue contra el Ducado de Saboya, situado entre Francia y el Milán español. Con la excusa de que los saboyanos habían ocupado Saluzzo en 1588, un marquesado pro-francés al sur de Turín, un ejército francés invadió Italia en 1600. Aunque gracias a refuerzos españoles el avance fue contenido, Saboya se vio obligado a ceder a Francia la zona de Bresse. El problema para España era que por esa zona pasaba el Camino Español. Aunque para salvar la cara Saboya retuvo un pasillo por donde transcurrí­a el Camino para servicio de los españoles, este podía ser fácilmente cortado por Francia en cualquier momento por estar en medio de su territorio.

Con el Camino Español cortado, el Conde de Fuentes, gobernador del Milanesado, buscó la forma de compensar esta pérdida con una ruta más segura y la halló en La Valtelina. Éste era un valle situado al norte del lago de Como, que comunicaba Italia con Alemania pasando por el este de Suiza. Su posición era vital, ya que desde allí no sólo se conectaban las posesiones españolas sino también las de sus aliados los Habsburgo austríacos, al encontrars­e cerca del Tirol. El problema era que La Valtelina, aunque de población católica, estaba controlada por la Liga de los Grisones, calvinista, que a su vez era parte de la Confederac­ión Helvética, la actual Suiza. Fuentes intentó forzar un tratado de paso y levantó una fortaleza desde la que bloqueó los productos procedente­s de Italia para los Grisones, y empezó a dar ayuda económica a los católicos de La Valtelina, consiguien­do en 1604 que se le diera permiso para utilizar el corredor como nuevo ramal del Camino Español. El trayecto además era mucho más seguro que antes al estar protegido por los Alpes y la casi siempre neutral Suiza. Francia no pudo reaccionar porque Enrique IV fue asesinado.

LA LUCHA POR LA VALTELINA Sin embargo, la posición española en La Valtelina seguía siendo dudosa ya que los Grisones revocaron el Tratado de paso. Ya comenzada la Guerra de los Treinta Años, en 1620, el Duque de Feria, nuevo gobernador del Milanesado, se decidió a resolver el problema de La Valtelina para siempre al invadir el valle. Al norte, tropas austríacas bajo el Obispo de Passau se unieron a Feria, que acabó ocupando todas las tierras de los Grisones, forzando a éstos a conceder la independen­cia a La Valtelina en 1621. Allí quedaron acuartelad­os 4.000 españoles, que con otros 3.600 en Alsacia y 5.000 en el Palatinado habían creado un nuevo Camino Español a través de Alemania.

En todo caso, Olivares, para disimular el triunfo español puso La Valtelina en manos del papado. Sin embargo, Richelieu comprendió que los derechos de paso españoles seguirían indemnes de modo que dio orden de invadir el valle en 1624. El Marqués de Coeuvres con 6.000 franco-helvéticos partió de Zurich en no- HASTA 1600 LAS TROPAS ESPAÑOLAS USARON EL CAMINO QUE ABRIÓ POR PRIMERA VEZ EL DUQUE DE ALBA CASI SIN PROBLEMAS

viembre y desalojó a las tropas pontificia­s bajo Bagni en La Valtelina. A la vez, otro ejército de 23.000 franco-saboyanos bajo Lesdiguièr­es atacó Génova, principal puerto de entrada de tropas españolas al norte de Italia e inicio del Camino Español. Feria congregó más al norte un ejército de 28.000 españoles que desde Milán marchó contra la retaguardi­a franco-saboyana amenazando Turín, por lo que los franceses, se replegaron. Agotados ambos bandos en febrero de 1626 se firmó el Tratado de Monzón, por el que La Valtelina fue reconocida como independie­nte, y con ello quedaron a salvo los derechos de paso de España. En diciembre de 1627 una disputa dinástica por el Monferrato volvió a enfrentar a España y Francia hasta 1630, y el Camino Español fue usado en sentido contrario, para traer refuerzos austríacos a Milán. Alemania durante el curso de la Guerra de los 30 Años para salvar a los protestant­es barriendo con todo hasta llegar al curso medio del Rhin en diciembre de 1631. Se debe recordar que el nuevo Camino de La Valtelina penetraba por el sur de Alemania bordeando la frontera suiza por Constanza hasta cruzar el Rhin por Alsacia o el Palatinado, para entrar en Lorena y acabar en los Países Bajos. Los suecos comenzaron entonces su ofensiva contra España, destruyend­o las fortalezas españolas en el Palatinado, entre ellas Mainz o Maguncia y Heidelberg. Aunque Córdoba logró tomar Spira y Tréveris en 1632 frente a los suecos,

EL ATAQUE SUECO

En ese momento apareció una nueva amenaza sobre el Camino: Suecia. En 1630, Gustavo Adolfo de Suecia invadió

el Camino Español seguía cortado por su tramo alemán. En agosto del 33 los suecos marcharon a los Alpes y sitiaron Constanza, llegando a amenazar el Tirol e Italia. A la vez, en junio, Francia, aunque neutral, invadió Lorena con un ejército bajo La Force de unos 18.000 hombres cortando de nuevo el Camino Español. Finalmente, otro cuerpo bajo el Rhingrave Otton Luis, tomó las fortalezas de Alsacia. Así, para España ahora era vital recuperar Alsacia y el Palatinado para reabrir el Camino.

Desde Milán, el recién llegado nuevo gobernador de Lombardía, el Cardenal-Infante don Fernando, hermano de Felipe IV, organizó el Ejército de Alsacia bajo el Duque de Feria, con la misión de recuperar estos territorio­s, formado por 11.500 hombres. Feria, reforzado por 18.000 bávaros levantó el asedio de Constanza, y recuperó Alsacia en octubre. Sin embargo, cuando los bávaros le abandonaro­n para defender sus tierras, Feria quedó ahora en inferiorid­ad numérica frente a tres cuerpos bajo Horn, el Rhingrave y Birkenfeld, y hubo de replegarse a Baviera. Marchando en medio de un durísimo otoño, su ejército sufrió muchísimo y cuando llegó para invernar en Munich en febrero del 34 había muerto un tercio de la tropa por la peste. Viendo que la campaña del difunto Feria había sido infructuos­a y que Baviera estaba amenazada, el Cardenal-Infante organizó personalme­nte otra expedición para liberar el sur de Alemania con 11.257 españoles. Unido a los restos de Feria, a los bávaros y a los imperiales, sumó 33.000 soldados con los que logró destruir a los 23.000 del ejército sueco bajo Sajonia Weimar en Nördlingen, limpiando de protestant­es todo el sur y centro de Alemania y llegando a Flandes tras reabrir de nuevo el Camino Español.

Sin embargo, viendo que las amenazas que se cernían sobre el Camino en 1635-37 eran cada vez más constantes (ver recuadro), España dejó de utilizarlo para enviar tropas y se empezó a recurrir al envío por mar. Aun así, cualquier posibilida­d de futuro uso del Camino quedó eliminada cuando Sajonia Weimar, el mismo general derrotado en Nördlingen por el Cardenal-Infante, pasó con su ejército de mercenario­s al servicio de Francia y conquistó toda Alsacia en 1638. El Camino Español quedó cortado para siempre.

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 ??  ?? El Duque de Alba comandó la operación militar que acabó dando origen a lo que se llamó el Camino Español.
El Duque de Alba comandó la operación militar que acabó dando origen a lo que se llamó el Camino Español.
 ??  ?? Mapa de los Grisones. Los Grisones, de fe calvinista, controlaba­n La Valtelina, de población católica.
Mapa de los Grisones. Los Grisones, de fe calvinista, controlaba­n La Valtelina, de población católica.
 ??  ?? El Mont Cenis formó parte del Camino Español, llegando a ser reformado por los ingenieros de Felipe II.
El Mont Cenis formó parte del Camino Español, llegando a ser reformado por los ingenieros de Felipe II.
 ??  ?? Soldados entran en una granja y cometen todo tipo de ultrajes durante la Guerra de los Treinta Años.
Soldados entran en una granja y cometen todo tipo de ultrajes durante la Guerra de los Treinta Años.
 ??  ?? El rey Enrique IV de Francia fue capaz de recuperar la importanci­a de su país como gran potencia.
El rey Enrique IV de Francia fue capaz de recuperar la importanci­a de su país como gran potencia.
 ??  ?? Este cuadro de Carl Wahlbom representa la muerte del rey Gustavo II Adolfo de Suecia, durante la batalla de Lützen.
Este cuadro de Carl Wahlbom representa la muerte del rey Gustavo II Adolfo de Suecia, durante la batalla de Lützen.
 ??  ?? La célebre Batalla de Las Dunas enfrentó, en el año 1658, al ejército español que comandaba Juan José de Austria con el anglo-francés, que dirigía el vizconde de Turenne.
La célebre Batalla de Las Dunas enfrentó, en el año 1658, al ejército español que comandaba Juan José de Austria con el anglo-francés, que dirigía el vizconde de Turenne.
 ??  ?? El gobernador del Milanesado, Pedro Enríquez de Acevedo, levantó una estratégic­a fortaleza en La Valtelina.
El gobernador del Milanesado, Pedro Enríquez de Acevedo, levantó una estratégic­a fortaleza en La Valtelina.
 ??  ?? Conocido como el Cardenal Infante, Fernando de Austria se postuló como gobernador de los Países Bajos.
Conocido como el Cardenal Infante, Fernando de Austria se postuló como gobernador de los Países Bajos.
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En esta obra, el pintor florentino Vicente Carducho conmemora la liberación de la ciudad suiza de Rheinfelde.

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