ÁLVARO DE LUNA, los nobles contra el favorito

NACIDO EN EL AÑO 1390 , tras la muerte de sus padres y gracias a la ascendencia en la Corte de su tío, el arzobispo de Toledo Pedro de Luna, sin haber cumplido aún veinte años Álvaro de Luna entraría al servicio del rey Juan II como doncel, cuando este era un niño de no más de cinco años. Fue sin duda este un periodo en el que nobles y familiares del pequeño monarca realizaron todo tipo de maniobras para llenar el vacío de poder, y el joven Álvaro se fue haciendo desde muy pronto con la forma de actuar de los poderosos, aprendiendo de ellos, conociendo también sus puntos débiles.

Desde muy temprano estableció una relación muy especial con el rey, quien creció a su lado, confiando en él y, una vez que este alcanzó la mayoría de edad, favoreciéndole con nombramientos, entre ellos el de condestable tres años después. Álvaro de Luna se convirtió en el hombre con más poder de Castilla… y esto no gustó nada a los nobles. Más cuando, junto al rey Juan II, impulsó un mayor control sobre la nobleza y la rebaja de su poder como forma de reforzar la autoridad real. El joven Álvaro se fue convirtiendo en una especie de rey en la sombra… Y eso no gustaba a casi nadie. Especialmente a los Infantes de Aragón, quienes, unidos a otros nobles y a su hermano Alfonso V de Aragón, acabaron provocando una guerra entre Castilla y Aragón.

Pese a guerras y enemigos, Álvaro de Luna mantuvo durante años el apoyo y la confianza del rey. Sin embargo, todo cambió cuando Juan II, muerta su esposa María de Aragón, contrajo matrimonio con Isabel de Portugal en 1447. Su influjo sobre el monarca, contraria como era al exceso, en su opinión, de influencia de Álvaro, acabó horadando la confianza del monarca, generando ciertas inquietudes en él. Finalmente fue arrestado en el año 1453 y poco después, ejecutado. Tanto poder había hecho nacer demasiados enemigos.