Historia de Iberia Vieja Monográfico
ESCLAVOS DEL III REICH
Franco recibió la petición de Hitler del envío de obreros españoles como parte del pago de la deuda contraída durante la Guerra Civil. España no podía negarse, ya que el país sufría una altísima tasa de paro y de pobreza y había que satisfacer a los “aliados”.
DURANTE LA II GUERRA MUNDIAL MILES DE ESPAÑOLES VIAJARON AL III REICH PARA TRABAJAR EN LAS PRINCIPALES FÁBRICAS NAZIS, COMO PAGO DE LA DEUDA CONTRAÍDA POR FRANCO DURANTE LA GUERRA CIVIL. ENGAÑADOS, AQUELLOS HOMBRES QUEDARON ABOCADOS A UNA SITUACIÓN DE ESCLAVITUD QUE LAS AUTORIDADES FRANQUISTAS PERMITIERON MEDIANTE SU SILENCIO.
F inalizada la Guerra Civil llegó el momento de que Franco pagara a Hitler la ayuda recibida durante la contienda. El precio por los aviones, tanques, ametrallado española se mostraba incapaz de sufragar con sus campos devastados y las reservas de oro agotadas.
seguir reclamando la deuda, a la vez que Para concretar el modo de pago, ambos Tratado de Amistad. En sus cláusulas se estipulaba el deseo de ampliar las relaciones dictadores y se empezaba a hablar sobre la posible entrada de España en la guerra junto al Eje.
concesión a Franco de la Gran Cruz del Orden del Águila Alemana en oro, máxima los trámites para concertar una entrevista con Hitler y hablar sobre la posible participación española en la guerra. Para España posición en Europa y ampliar los dominios africanos, para Alemania, tener un al Mediterráneo.
El encuentro se produjo en Hendaya - vio y Hitler lo estipulaba como una recom cosas quedaron de la misma forma como estaban, pero con la necesidad de Alemania de recabar fondos para costear el gasto bélico, por lo que la presión hacia España para que saldara su deuda aumentó.
En esta tesitura se buscaron formas para ir cumpliendo con los plazos previstos. España no contaba con soldados, tampoco como el wolframio, un mineral imprescindible para revestir los tanques y obuses dotándoles de una mayor resistencia.
inmediatamente, sorteando los controles aliados que intentaban cortarlos por lo - - otras medidas para sufragarla y rebajar la presión hacia los banqueros españoles.
HITLER SOLICITA TRABAJADORES
Una de las mayores necesidades del III Reich en esos instantes era disponer de mantener la producción en las fábricas de sido movilizados y sustituidos por obreros Dentro de la férrea y racista mentalidad nazi, los trabajadores extranjeros fueron agrupados según su condición étnica y el trataba como a esclavos, lo mismo que a salir de los barracones para acudir a las fábricas. Los franceses, daneses, suizos… españoles se les despreciaba por su baja especialización. Con estos antecedentes, Franco recibió la petición de Hitler del en pago de la deuda. La oferta fue bien reci - ción sobrante y que entrasen divisas en el
LOS ENVÍOS DE WOLFRAMIO COMENZARON INMEDIATAMENTE, SORTEANDO LOS CONTROLES ALIADOS QUE INTENTABAN CORTARLOS POR LO SANO SIN CONSEGUIRLO
trabajo desempeñado, al menos sobre el
Inmediatamente se iniciaron los trá creaba la Comisión Interministerial Per Alemania (CIPETA). Vinculada al Ministerio de Asuntos Exteriores, a través de ella repatriación de los trabajadores enviados a Alemania. Para una mejor organización - risdicción en todo el Reich.
voluntarios y que tras realizar la selección - vidual, siempre basándose en los modelos
La primera petición alemana estaba muy con la intención de ser destinados al sector metalúrgico, al minero y a la construcción. Pero el gobierno franquista expuso tajantemente a la CIPETA que el reclutamiento - no ser imprescindible en la empresa donde - dades económicas de la provincia no que
COMIENZAN LOS ENVÍOS
La campaña de propaganda en España para de la jornada laboral los obreros disfruta culturales, que la asistencia sanitaria quedaba asegurada en caso de enfermedad, - trabajo efectuado y del destino señalado, alojamientos cómodos…
Fueron miles los españoles que respondieron a la llamada. Tanta fue la acogida que otros tantos miles quedaron relegados a listas de espera, mientras se estudiaba la idoneidad de los primeros para ser trasladados al Reich. El hambre, el mercado negro, el futuro desesperanzador, les hizo ver esta posibilidad como el camino para
MILES DE ESPAÑOLES RESPONDIERON A LA LLAMADA Y OTROS TANTOS MILES QUEDARON RELEGADOS A LISTAS DE ESPERA, MIENTRAS SE ESTUDIABA LA IDONEIDAD DE LOS PRIMEROS
huir de la miseria que azotaba pueblos y ciudades.
partieron de la madrileña estación del Norte, en medio de los himnos nacionales de España y de Alemania y ante la atenta mirada del ministro de Trabajo, José Antonio Girón.
En las semanas siguientes partieron otros trenes, siempre con capacidad para sobre con su nombre, número, billete de tren, un bono de comida, reserva del asiento, pasaporte, brazalete con bandera española e instrucciones para el viaje. De estas a su destino realizando escala en Hendaya y en Metz, dentro de la Francia ocupada.
Durante el trayecto comenzaron las malas sensaciones entre los voluntarios. En un viaje de siete u ocho noches en tren o literas y nada más llegar a los puntos de muchos debido al cansancio.
El primero que denunció la situación fue Juan B. Cabrera, jefe del primer transporte, quien en un informe enviado a la - productores llevan en la cara muestras de
Pese a las denuncias la CIPETA no inte de personas libres, sino también de presos miedo a que éstos entraran en contacto con el resto de trabajadores y porque los
- naron por la falta de fondos en la propia reclutamiento y equipamiento. Además, de Alemania comenzaban a llegar las primeras noticias, confusas, sobre abusos de poder e incumplimiento de las condiciones estipuladas. Incluso de malos tratos.
LA SITUACIÓN REAL
Mientras en España la propaganda continuaba hablando de las bondades del régimen nazi hacia los obreros españoles, la diferente. Lo primero con lo que se encontraron muchos fue que el destino de origen en sus contratos. Ni el destino ni el cargo. como chóferes, cocineros, músicos o pana bajar del tren un pico y una pala o se les destinaba a fábricas de armamento.
Tampoco los salarios fueron los prometidos, siempre se recibieron por debajo Además se les obligaba a gastar el sueldo en economatos propios a precios abusivos, con lo que apenas les quedaba nada para enviar a sus familias. Y por si fuera poco, ya en suelo alemán, aquellos españoles fueron informados de que la CIPETA les descontaba de su sueldo los gastos de manutención durante el traslado desde España, más otro descuento que iba a sufragar la seguridad social alemana. Un gran engaño, puesto que los españoles que enfermaban eran inmediatamente devueltos a Hendaya para canjearlos por obreros sanos, cuando no se les explotaba hasta la extenuación.
citado en el libro escrito por José Luis Ro Los esclavos españoles de
Hitler sean de cualquier profesión, van inmedia-
EXPORTAR MANO DE OBRA SIGNIFICABA ELIMINAR POBLACIÓN SOBRANTE Y QUE ENTRASEN DIVISAS, YA QUE LOS OBREROS COBRARÍAN POR EL TRABAJO, AL MENOS SOBRE EL PAPEL
tamente al fondo de la mina, habiéndose dado casos de vómitos de sangre y hernias. Los obreros dicen que los hemos mandado entre ellos.
Respecto a la alimentación, se circuns - tas cocidas con ensalada o salsa al estilo alemán. Los trabajadores pasaban hambre - la constructora de aviones Flettner donde -
Claro está que los españoles se quejaron a sus superiores y delegados de la CIPETA en Alemania y que éstos enviaron denuncias escritas a la sede en España, pero jamás se hizo nada por mejorar la situación. Las autoridades franquistas sólo deseaban saldar su deuda y aumentar la enemistarse con los alemanes, y menos al comienzo de la colaboración con ellos. Los trabajadores fueron abandonados a su suerte.
Y mientras, las condiciones fueron empeorando. Los nazis ya no les trataban mejor que a checos, polacos o rusos, hasta el punto de que en determinados casos se pe - si los retrasos eran reiterados se les llegaba a internar en campos de concentración, lo mismo que a quienes cometieran algaradas o cuestionaran la autoridad de los patrones. Incluso aquellos que se quejaban del trato fueron perseguidos y denunciados por los mejor, terminaron muriendo en los campos de exterminio por un simple ausentismo laboral. Todo para continuar con el plan y acallar el descontento general.
En tales condiciones, quienes conse en España no regresaban. Y es gracias a se corrió la voz por las capitales españolas de lo que estaba sucediendo en Alemania.
- miento españolas fueron llegando menos la cifra disminuyó considerablemente. No - res llegados desde Alemania, sino porque el signo de la guerra se decantaba hacia el lado aliado, haciéndose necesario para Franco desvincularse de Hitler por temor a las represalias futuras de Estados Unidos.
Fue lo peor que pudo suceder para Las fronteras quedaron cerradas para ellos, a la par que los ejércitos norteamericanos los que se alojaban los españoles se encontraban ajenos a las fábricas de armamento y éstas comenzaron a sufrir duros y encarnizados bombardeos. Entre los españoles hubo bajas por la metralla y por las enfer cebaron en determinados enclaves.
La situación se tornó tan insostenible que los inspectores de la CIPETA desple regreso de los trabajadores.
EL REGRESO
La orden desde Madrid fue que regresasen aquellos trabajadores que desearan hacerlo, siempre que contaran con el beneplácito de los empresarios alemanes, pero estos últimos no estaban dispuestos a deshacerse de ellos. Por eso suprimieron los permisos de vacaciones.
La situación era extrema. Tanto que más cuando los bombardeos destruyeron las fábricas, desapareciendo la producción y con ello los sueldos. Muchos obreros quedaron en la calle. Sobrevivieron saqueando las casas abandonadas o robando. Algunos fueron detenidos y enviados a los campos de concentración donde murieron por enfermedades o en ejecuciones sumarias. Otros se alistaron en las tropas nazis combatiendo en distintos frentes.
El retorno a España se presentaba imposible por la falta de contactos y de dinero con el que sobornar a los agentes de aduanas. Cuando Hitler se suicida en su búnker
EN ESTAS CIRCUNSTANCIAS, CON UNAS CONDICIONES CADA VEZ PEORES, QUIENES CONSEGUÍAN DISFRUTAR DE UNOS DÍAS DE VACACIONES EN ESPAÑA NO REGRESABAN
CREÍAN QUE TRABAJARÍAN COMO CHÓFERES, COCINEROS O PANADEROS, PERO A LA MAYORÍA SE LES DABA UN PICO Y UNA PALA O SE LES DESTINABA A FÁBRICAS DE ARMAMENTO
todo se desmorona. Franco decide dar el ordena el regreso de su personal diplomático adscrito al Reich y abandona a los obreros españoles, quienes tendrán que regresar a sus hogares por sus propios medios.
Al concluir la guerra aún quedaban en Alemania muchos trabajadores. La mejor ayuda la encontraron en el personal militar de Estados Unidos que organizó los viajes necesarios para reencontrarse con sus familias. Quienes regresaban por su cuenta lo franquistas no deseaban dar publicidad a - rios cientos de españoles fueron devueltos por intermediación de las autoridades franquistas. También se acordó con delegados británicos y estadounidenses la designación de dos diplomáticos para que visitaran las zonas necesarias y repatriaran a los últimos - bre llegaba a España el vapor Ciudad de
Valencia - - Herald New York publicase de que aún hubiese españoles en el campo de Mettenbach. Últimos representantes de un episodio vergonzoso, porque para aquellos que fueron a trabajar en la Alemania nazi bajo y falsas promesas, no hubo indemnizaciones, palmas en la espalda o
LA DIVISIÓN AZUL
Alemania, Franco aprobó la salida de un contingente de soldados conocido como la División Azul. Se trataba de una forma de participar en la guerra, para reclamar - sólo contra los rusos, para no soliviantar a los aliados en una hipotética derrota.
En un principio, los soldados españoles fueron menospreciados por los nazis, pero su arrojo en la batalla les convirtió en la unidad militar no alemana más condecorada por el III Reich. Su estructura quedó integrada dentro de la Wehrmacht, y no en las SS como sucedió con el resto de Muñoz Grandes al frente. Los primeros contingentes partieron de la estación del relevados por fuerzas alemanas.
airear ante Estados Unidos la devolución de la ayuda prestada de Hitler a Franco.
LOS EXILIADOS EN FRANCIA
Pero no sólo los obreros desplazados al III Reich sufrieron la ira nazi. También los españoles exiliados en Francia vivieron el olvido de las autoridades. Al término de la Guerra fueron enviados a campos de concentración bajo vigilancia militar. Las condiciones eran tan duras que miles de ellos decidieron regresar a España, sabedores de que el franquismo incierto. Parte de los que se quedaron –unos - yectos relacionados con las necesidades mili de la órbita nazi. El reclutamiento se hizo mayoritariamente bajo amenazas y coacciones, aunque es cierto que al menos recibieron un pequeño salario, comida y tabaco. La gran ventaja respecto a los obreros que acudieron a Alemania con contrato, es que ellos supieron la situación en la que se hallaban y que