Entre la ficción y la realidad
Hasta hace unos años, el desinterés por nuestra Historia se hacía patente en la práctica ausencia de series de ficción de calidad que retrataran los episodios más significativos de nuestro pasado. La falta de convicción, o la búsqueda de alternativas de entretenimiento menos costosas, explicaban que la mayoría de las apuestas de las cadenas televisivas fuera de corte costumbrista o de acción. Hoy, la tendencia ha cambiado, y cada temporada –y en todas las franjas horarias–, nos sorprenden nuevas series de carácter histórico con capital español, que se atreven a recrear todo tipo de escenarios y se sumergen en diferentes épocas.
El mercado anglosajón abrió la veda con obras como Roma o Los Tudor, a cuyo carro se han subido últimamente títulos como Águila roja, La princesa de Éboli, Hispania. La leyenda, La Señora, 14 de abril. La República, Tierra de lobos, Bandolera, El ángel de Budapest, Tarancón o, más recientemente, Toledo, que nos ha inspirado el Dossier de este mes.
Aunque no faltan quienes reprochan a algunas de estas series el exceso de libertades que se toman, o incluso las inexactitudes que se detectan en sus tramas, debemos felicitarnos por el éxito de la ficción histórica española, que confirma que el público quiere saber lo que pasó.