Manuel Chaves Nogales, cronista del siglo XX
En primer lugar, hablamos de su biografía Chaves Nogales. El oficio de con
tar, publicada por la Fundación José Manuel Lara y que ha conseguido el Premio Antonio Domínguez Ortiz de Biografías 2011. En la editorial Espuela de Plata se publican dos volúmenes preparados por esta investigadora, que son una excelente muestra del quehacer periodístico de Chaves Nogales: La defensa de Madrid, una serie de reportajes sobre los primeros meses de la Guerra Civil en la capital de España, y Crónicas de la Guerra Civil, colaboraciones que escribió para diferentes medios periodísticos europeos y donde expuso su valoración crítica de la marcha de la guerra.
PREMIO MARIANO DE CAVIA
Manuel Chaves Nogales nació en Sevilla en 1897. Desde joven había vivido muy de cerca el mundo del periodismo, ya que su padre trabajó en
El Liberal. Pronto empezó a colaborar en periódicos y revistas sevillanos y ya antes de su traslado a Madrid en 1922, había publicado dos libros, Mi ciudad, un homenaje a Sevilla,
y Narraciones maravillosas y biografías ejemplares de algunos grandes hombres humildes y desconocidos, que anticipa una cualidad que se dará en sus libros y artículos periodísticos posteriores: su interés por conocer las opiniones de personas anónimas y corrientes que fueron privilegiados testigos de importantes momentos históricos del siglo XX.
En Madrid, en momentos sociales y políticos muy in-
tensos, desarrolló una prolífica actividad periodística. Comenzó escribiendo en El
Heraldo, donde llegó a ser redactor-jefe. En 1927 obtuvo el prestigioso Premio Mariano de Cavia de Periodismo por un reportaje dedicado a la primera mujer que cruzó el Atlántico en avión, Ruth Elder, reportaje que también define su espíritu viajero y aventurero y su condición moderna del periodismo. El Premio Mariano de Cavia dio todavía más a conocer la variedad y calidad de sus trabajos periodísticos. Después fichó por el periódico Ahora, próximo al partido de Azaña, y colaboró también en la revista Estampa, de la misma empresa, donde publicó la mayoría de sus reportajes, luego convertidos en libros.
CONTRA TODOS LOS TOTALITARISMOS
Como cuenta María Isabel Cintas, lo suyo fue un periodismo de acción, analítico, culto, cosmopolita, que compaginaba con su aprecio por el periodismo cultural y literario, del que procedía. Fruto de uno de esos viajes a la URSS, especialmente accidentado, es el libro La vuelta al mundo en avión. Un pequeño burgués en la Rusia roja (1929), en el que reunió una serie de crónicas que había publicado en Madrid y Buenos Aires. De 1931, fruto de su trabajo de campo en París y sus entrevistas a muchos exiliados que abandonaron Rusia tras la Revolución, es su libro Lo que ha quedado del Imperio de los Zares.
Las consecuencias de la revolución comunista, que conoció de primera mano y de la que fue testigo excepcional, es uno de los grandes temas de sus reportajes, de sus libros y de su pensamiento. Chaves Nogales mostró siempre una actitud muy crítica ante el rostro de la dictadura del proletariado, actitud que chocó abier-
tamente contra la propaganda socialista y comunista
Excelente es su libro Y el maestro Juan Martínez que estaba allí, publicado primero en forma de reportajes en la revista Estampa y luego en libro en 1934. El cañamazo del libro son las entrevistas que Chaves Nogales hizo en París a un bailador profesional español que había presenciado en Kiev la guerra civil que se desató tras la Revolución comunista. Junto con el comunismo, Chaves Nogales intuyó en el fascismo y el nazismo un gravísimo problema para el futuro de Europa. En 1933 viajó a Italia y Alemania para escribir una serie de reportajes sobre cómo se vivía en los países de régimen fascista.
A la vez, continuó su desbordante actividad en el periódico Ahora. Escribió de todo y sobre todo. Por ejemplo, viajó a África para escribir sobre la ocupación española de Ifni, narró como corresponsal la Revolución de Asturias, entrevistó a toreros, famosos, a personajes históricos tan variados como Abd-el Krim, Lluys Companys, Maurice Chevalier, Charles Chaplin... Vivió intensamente la política y la cultura de su tiempo. Fue amigo de los periodistas César González Ruano, Julio Camba; de los escritores Gómez de la Serna, Pío Baroja, Azorín, Valle-inclán, Miguel de Unamuno, Gregorio Marañón, Ortega y Gasset... En 1935 publicó Juan Belmonte, matador de toros, otro de sus grandes libros, la biografía novelada del famoso torero, que publicó primero por entregas.
REPÚBLICA, GUERRA, EXILIO
Chaves Nogales compartió los ideales de regeneración social y política que trajo consigo la II República, aunque, como se verá pronto, por su conocimiento de la dictadura rusa rechazó los impulsos radicales y revolucionarios de muchos partidos republicanos, aunque también temía la posible radicalización fascista. Cuando estalló la Guerra Civil, se puso al lado de la República. El periódico Ahora, incautado por un Consejo Obrero, le nombró director, cargo que ocupó hasta que el Gobierno republicano abandonó Madrid y se trasladó a Valencia a primeros de noviembre del 36. “Cuando el Gobierno de la República abandonó su puesto y se marchó a Valencia, abandoné yo el mío. Ni una
hora antes, ni una hora después”.
Chaves se exilia en París con su familia, donde continúa su actividad periodística colaborando con diferentes medios europeos e hispanoamericanos. En 1937, en Chile, publica uno de los mejores libros que se han escrito sobre la Guerra Civil española, A sangre y fuego, con el subtítulo tan expresivo y dramático de Héroes, bestias y mártires de
España. En 1940, cuando las tropas alemanas se acercaban ya a París, decidió exiliarse en Londres. Fue solo, pues su familia y sus hijos se trasladaron de Francia a España. Él, por su filiación ideológica, tenía muy complicado regresar a España, pues su vida corría peligro, como así sucedió con otros compañeros periodistas. Además, en 1927 había ingresado en la masonería con el nombre en clave de Larra, para él su modelo de periodista. En 1944, ya fallecido, fue incluso procesado en rebeldía, condenado e inhabilitado de por vida por el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y el Comunismo. En Londres, Chaves Nogales siguió escribiendo en diferentes medios de comunicación y fundó su propia agencia de noticias periodísticas. En 1941 publicó en Montevideo La agonía de Francia.
OLVIDADO Y RESCATADO
Tras la guerra, Chaves Nogales fue olvidado por unos y por otros. Sin embargo, últimamente se han recuperado muchos de sus libros, a la vez que aumenta su prestigio como periodista liberal e independiente. Chaves Nogales padeció las consecuencias de la radicalización de la vida social y política española, y su apuesta por una república parlamentaria y democrática fue poco a poco más una utopía que una realidad. María Isabel Cintas Guillén, la autora de la biografía que comentamos, es también la responsable de la edición y de los estudios introductorios de los volúmenes Obra narrativa completa (dos tomos, 1993) y Obra periodística (2001), publicados por la Diputación de Sevilla, además de su libro Un liberal ante la revolución. Cuatro reportajes de Manuel Chaves Nogales, publicados por la Universidad de Sevilla. Posteriormente, las editoriales Renacimiento y Libros del Asteroide han reeditado sus mejores libros. Pero el interés que ha despertado es tan vivo que ha motivado la publicación de esta biografía y de dos tomos que recuperan parte de su obra periodística escrita durante la Guerra Civil y que no aparecen en los volúmenes antes mencionados. Se trata de La defensa de Madrid y Crónicas de la Guerra Civil.
EL GENERAL MIAJA
La defensa de Madrid son un conjunto de reportajes que se publicaron en diferentes medios hispanoamericanos, europeos y norteamericanos sobre la actuación del general Miaja en Madrid, cuando el Gobierno republicano abandonó la capital para trasladarse a Valencia. Son unas narraciones cercanas, pegadas a la realidad, con un deliberado sentido épico, que explica cómo fue el general Miaja quien tomó las medidas oportunas para detener el avance de las tropas franquistas sobre la capital. Para ello, tuvo que poner en primer lugar orden en el ejército republicano, dividido en facciones comandadas por sindicatos y partidos políticos extremistas, que hacían la guerra por su cuenta y que impusieron en Madrid un régimen de terror que Miaja, no sin dificultades, consiguió aplacar.
Los reportajes están llenos de vida y de anécdotas y, como escribe Antonio Muñoz Molina en el prólogo, “la potencia narrativa que lo arrastra a uno de la primera a la última línea se corresponde con una deslumbrante clarividencia política. La rotunda toma de partido del autor no le estorba una casi furiosa disposición de autocrítica”, muy poco habitual en la prensa de aquellos años, la mayoría al servicio, sin fisuras, de la propaganda política.
AGUDO ANALISTA POLÍTICO
Los artículos reunidos en Crónicas de la Guerra Civil fueron escritos en Francia, cuando Chaves ya estaba exiliado, y fueron publicados en diferentes medios europeos. De hecho, las crónicas aquí recogidas se han encontrado publicadas en francés o en inglés, ya que no se ha conseguido el original español. En ellas, Chaves analiza la marcha de la guerra y pone de manera especial el acento en el componente ideológico del bando nacional.
Teniendo en cuenta que fueron escritas la mayoría durante la Guerra Civil, sus observaciones son clarividentes y muy oportunas. Chaves, periodista bien informado, tiene muy en cuenta el contexto europeo para opinar sobre algunas decisiones y cuestiones propias de la marcha de la Guerra. Como demostró después en su libro La agonía de Francia, Chaves era un excelente analista político.