Francesco Melzi, el favorito
Gian Giacomo Caprotti da Oreno (1480 – c. 1524) fue conocido como Salaì, el Diablo, y bajo ese nombre pintó varios cuadros. Discípulo de Leonardo desde su más tierna infancia, se dice que el humanista florentino lo tomó como modelo para sus obras San Juan Bautista y Baco. Pendenciero nato (murió en un duelo) y de mano en extremo suelta, Salaì ha pasado a la posteridad, sobre todo, por su Monna Vanna, una versión de la Mona Lisa desnuda. Junto a Francesco Melzi, el otro supuesto “padre” de la Gioconda española, acompañó a Leonardo en su viaje a Francia de 1516. Fue Salaì quien heredó la Mona Lisa de su mentor, que más tarde pasaría a las manos del rey Francisco I. Giovanni Francesco Melzi (c. 1493 – 1572/73) fue el alumno favorito de Leonardo, y consagró a su taller gran parte de su por otra parte no muy abundante producción. Trabajó como secretario del genio y fue su albacea testamentario. Hijo de una familia noble pero empobrecida, Leonardo lo señaló como favorito tras sus constantes desavenencias con Salaì, y pasó buena parte de 1512 retirado en la villa de los Melzi en Vaprio. Además, Melzi lo acompañó en sus viajes a Roma y Francia. Su valía como pintor no fue muy descollante; su producción más memorable se encuentra en el castillo de Windsor: una serie de dibujos, como el Retrato de Leonardo da Vinci.