UNA COLUMNA DEL POUM
Elena Osorio basa su novela en la apasionante biografía de una mujer argentina de origen judío, Mika Feldman de Etchebéhère (1902-1992), que desde su izquierdismo militante participó en la agitada vida política europea del siglo XX.
En Buenos Aires, en las primeras décadas del siglo XX, Mika conoció al que sería su marido, Louis Hippolyte Ernest, un argentino de padres franceses, quien la introduciría en la política activa y la dio a conocer el pensamiento marxista y comunista. El episodio sobre el que se basa buena parte de esta biografía novelada es la participación de Mika en la Guerra Civil española. Integrada en el POUM, fue elegida capitana de una columna que combatió en Madrid y diferentes pueblos de Guadalajara. Pero ya sabemos que los del POUM, trotskistas, sufrieron una absurda represión por parte de los militares soviéticos y los comunistas españoles, en la que también se vio inmersa Mika. Tras la Guerra Civil, se refugió en Francia, donde siguió combatiendo contra los antifascistas. Novela escrita con buen pulso y con amplia experiencia narrativa –Osorio, argentina, es autora de varias novelas–, presenta de manera apasionada aspectos insólitos de la Guerra Civil española./ En esta novela, Premio Nadal 2012, abandona Pombo uno de sus escenarios preferidos, Santander y los conflictos de la burguesía, para centrar su historia en un prestigioso profesor universitario retirado, Román, quien siente que la vida, desde su jubilación, ha perdido pasión e interés. Todo está ambientado en un presente muy reconocible: la ciudad de Madrid, la crisis económica, el desprestigio de la universidad... Román tiene dos grandes amigos, Elena y Eugenio, ambos médicos, antiguos alumnos suyos, con los que ha compartido y comparte muchas de sus reflexiones e inquietudes. En la solitaria y monótona vida de Román irrumpe Héctor, un joven periodista que le quiere hacer una entrevista para un medio digital. Como en otras novelas de Pombo el acento está puesto en los conflictos psicológicos de todos los personajes y en el estilo. Maneja Pombo un lenguaje suelto, rápido, vivaz, con mucho diálogo y con expresiones muy contemporáneas. Pero en esta ocasión, los conflictos psicológicos que plantea resultan lejanos, intrascendentes y fríos./