Celtas en España: su historia
Los celtíberos –entre los que se contaban los belos de Segeda y los arévacos numantinos– fueron uno de los más destacados pueblos de origen céltico que habitaron la península Ibérica. Pero no fueron los únicos: vacceos, vetones, cántabros, astures, galaicos, vascones, lusitanos o berones compartían con ellos algunos rasgos comunes, ya fuera en la lengua, en sus costumbres o en las creencias religiosas.
Los especialistas señalan que la existencia de estos pueblos se debió a un largo proceso intermitente y desigual de “celtización acumulativa”, que, en el caso concreto de la Península, se enriqueció, además, por los contactos mantenidos con iberos y tartesios.
Como bien atestiguaron los autores griegos y romanos, los celtíberos fueron gentes de gran valor y feroces guerreros, que acostumbraban a ofrecer la victoria a los dioses y “aspiraban a una bella muerte”, tal como demostraron, una y otra vez, durante las Guerras Celtíberas.
Y si celtíberos, vacceos o vetones aparecieron ante los ojos de Roma como pueblos bárbaros e incivilizados, el resto de pueblos de origen céltico que ocuparon el norte de la Península, desde las costas de Galicia hasta el arranque de los Pirineos, fueron sin duda el mejor exponente de esa imagen estereotipada... Este mes, Historia de Iberia Vieja se adentra en la cultura celta y aclara los puntos más oscuros de su complejísima historia.