Soria, Madrid y Doctor Zhivago
El 28 de diciembre de 1964 comenzó un rodaje que se extendería durante más de nueve meses, hasta el 7 de octubre siguiente
David Lean, Julie Christie, Omar Shariff, nombres pata la historia del cine, nombres todos centrales en una de las aventuras épicas de mayores resonancias del Séptimo Arte, Doctor Zhivago. Basada en la novela de Boris Pasternak, esta hermosa historia de amor y compromiso, que se desarrolla en la Rusia revolucionaria, la grandiosa película de Lean, supuso una superproducción en la que las estepas rusas, la nieve, los paisajes helados y el frío son tan protagonistas como los mismos actores, como esa rubísima Lara y el elegante e infiel Doctor Yuri Zhivago… Sin embargo esos paisajes rusos, esos campos nevados, ese frío, no eran en realidad rusos, eran puramente españoles. Porque la mayor parte de la película se rodó en España, especialmente entre Soria y Madrid… Y no fue nada fácil buscar las localizaciones.
Lo ideal, claro, habría sido rodar en la tierra donde se desarrolla, en Rusia. Sin embargo, el contenido de la novela, crítico con la Revolución, con la falta de libertades, imposibilitaba el rodaje en los parajes de la por aquel entonces Unión Soviética. Tras descartar, pues, Rusia, en busca de un paisaje semejante, la primera apuesta fue Finlandia. Pero pronto el célebre y exitoso productor artístico de la película John Box y el director de la misma David Lean, comprobaron que el frío extremo de aquellas latitudes habría dificultado sobremanera la labor del equipo, la actuación de los intérpretes. La apuesta se inclinó entonces por Yugoslavia. Sin embargo, por aquel entonces, estamos hablando del año 1965, las infraestructuras presentes en el país carecían de lo necesario para llevar a buen término el rodaje de una superproducción. Así que había que buscar una alternativa… Y esa alternativa era España. Los campos castellanos y Madrid, concretamente.
El 28 de diciembre de 1964 comenzó un rodaje que se extendería durante más de nueve meses, hasta el 7 de octubre siguiente. Y todo fue un poco más difícil de lo esperado. Algunas de las escenas más importantes de la película, ambien- tada, no lo olvidemos, en una Rusia fría y nevada, se rodarían en Soria, una de las localidades en las que más nieva de toda la Península. Pero algo pasó ese invierno y las nevadas no visitaron la provincia. Y una Rusia invernal sin el manto blanco sobre el piso, no iba a resultar muy creíble. Así que, lo primero que hubo que hacer fue… esperar. El equipo se trasladó a Madrid, donde se construyó, en el barrio de Canillas, un enorme escenario que representaba Moscú, de diez hectáreas, con una espectacular réplica del Kremlin dominándolo. Todo fue bien durante las seis semanas de rodaje madrileño, pero algo inesperado ocurría en Soria, donde se iba a desarrollar el grueso del rodaje: no nevaba. Increíblemente, pese a que las previsiones anunciaban un invierno ordinario, no cayó un solo copo. Y el ingenio hubo de ponerse al servicio de la producción. Había que fabricar nieve de la nada… Y no salió mal, como puede comprobar cualquiera que disfrute de la película: toneladas de polvo de mármol consiguieron engañar al ojo del espectador, que no duda ni un momento en creer que esa historia de amor se desarrolla en las este- pas siberianas, y, para simular, cómo los muebles, los objetos, de la casa donde Yuri y Lara viven parte de su amor están helados, hubo que cubrirlo todo con cera caliente para después rociarlo de agua helada. Y, claro, hemos dicho que el rodaje terminaría en el mes de octubre. Es decir, que también se desarrolló en los meses del caluroso estío español… Un calor inexistente en Rusia. Podemos imaginar el sufrimiento de los actores, rodando con las sofocantes pieles de los abrigos en pleno mes de agosto.
Sin embargo, todo mereció la pena. Un accidentado rodaje, pasados los años, queda apenas en anécdota cuando sirve para crear una obra maestra como a los ojos de hoy en día lo sigue siendo Doctor Zhivago.