SU BAR-MITSVA
Editada en España en 1998, aparece ahora en edición de bolsillo Chico zigzag. En ella nos encontramos con un Grossman muy alejado de sus últimas novelas, cargadas de pacifismo y un cierto pesimismo; Chico zigzag es una novela alegre, vital y muy entretenida. Aunque la acción trascurre en Israel y los personajes son israelitas, esto son detalles intrascendentes para el desarrollo de la novela, que podía desarrollarse en cualquier lugar del mundo.
Lo que es plenamente judío es el arranque de la acción: Nono es un niño de 13 años que antes de su Bar-Mitsva, la fiesta judía para celebrar el paso a la mayoría de edad religiosa, es enviado por su padre, policía viudo, a Haifa para que se encuentre con su tío Samuel, educador y maestro religioso y le prepare para ese momento. En el viaje en tren se encuentra con Félix, un singular personaje que va a trocar los planes paternos y embarca a Nono en una aventura difícil de imaginar.
Pero esto es solo una vertiente de su trama, pues a la vez el relato se convierte en intriga, ya que aparecen en su desarrollo cabos que poco a poco hay que ir desenredando para darles sentido. Si la primera visión hace a la novela simpática y agradable, esta segunda le da un carácter enigmático, que acaba enganchado a los lectores, aunque al principio el ritmo sea lento. Todavía hay una tercera trama y es la de la historia de los personajes, sobre todo la del niño. En esta parte se entra en una versión muy oriental de las cosas, con esa mirada propia tan llena de misterio, de absurdo, de sentimiento y de riqueza interior: un mundo entrañable e imaginativo muy distinto del occidental./ A.T.