“LOS RESPONSABLES DE LA PÉRDIDA DE PUERTO RICO FUERON NUESTROS COMANDANTES”
Una investigación de José Enrique Rovira Murillo, que publica la prestigiosa editorial Canchales, desvela los episodios ocultos de la pérdida de Puerto Rico e inaugura una apasionante trilogía sobre la guerra contra los Estados Unidos. En estas páginas ha
¿Qué motivos reales llevaron a la invasión de Puerto Rico por las tropas de Estados Unidos en julio de 1898?
Primero hemos de situarnos en la situación mundial: nos encontramos en la época de los grandes imperios, las potencias progresan a costa de sus colonias, la producción industrial de Norteamérica empieza a superar a la de Gran Bretaña y Alemania, pero no tiene un imperio que explotar. Los Estados Unidos han pasado de colonizados a colonizadores, proceso que se acelera bajo los gobiernos del Partido Republicano. Por las buenas compraron La Luisiana a Francia, Alaska a los rusos y La Florida a Fernando VII por cinco millones de dólares. Por las malas, primero les tocó el turno a los indígenas del Oeste, a los que se masacró, para luego despojarles de sus tierras. Luego le tocó a Méjico, Texas, California, Arizona y Nuevo Méjico. Pero la pieza más codiciada por los Estados Unidos era Cuba, no Puerto Rico. Ya los Estados Confederados del Sur habían intentado comprar Cuba y habían ofrecido a España cien millones de dólares en 1848, que elevaron a ciento veinte en 1854. Pero España no vende. En 1898 y antes de que estallara el Maine en La Habana, los Estados Unidos elevaron la oferta a trescientos millones de dólares. Pero España no vendió. De haberlo hecho, seguramente el Maine no hubiera explotado. Es decir, que realmente Puerto Rico no era tan apetecido por los Estados Unidos como Cuba, pero en la Gran Antilla había surgido un movimiento revolucionario muy fuerte con profundas convicciones independentistas –los mambises–, y sólo las oligarquías cubanas deseaban la anexión con los Estados Unidos. La invasión de Puerto Rico se produjo cuando los jingoes –así se conocía a la facción imperialista yanqui– se envalentonaron al descubrir que España era débil, por eso mismo también se quedaron con las Filipinas, que tampoco entraban en sus planes.
En su libro habla de un cierto equilibrio de fuerzas entre la guarnición española y la escuadra estadounidense. ¿Qué factores explicarían entonces el pronto descalabro del ejército que defendía la isla?
La escuadra de la Navy era superior a la española, pero es que, además, esta había dejado de existir el 3 de julio. Sin embargo, el cuerpo expedicionario que los Estados Unidos envió a invadir Puerto Rico era inferior en número, en preparación e incluso en medios que los defensores. En números redondos, la Army desembarcó 11.000 soldados, de los cuales sólo 3.000 eran profesionales y el resto voluntarios. El Ejército de Puerto Rico contaba con 8.000 soldados regulares muy fogueados y otros 6.000 voluntarios nativos. Se echó la culpa a los voluntarios portorriqueños, se dijo que habían cambiado de bando, y esto es una gran falsedad, justamente los que más combatieron por España fueron los borinqueños del ejército español. Lo que pasa es que los voluntarios estaban para defender sus ciudades y, como el ejército regular se replegaba apresuradamente sobre San Juan, no se podía esperar que los voluntarios abandonaran a sus familias, ahora que llegaba la Army a dar “la patada en la puerta”. La estrategia española de encerrarse en la capital desvirtuaba el sentido que pudiera tener el Instituto de Voluntarios, que era casi la mitad de la guarnición. En cuanto a artillería, es un dato muy desconocido que España contaba con una superioridad abrumadora en Puerto Rico y