A partir de 1140, tras los tiempos de la Edad Oscura y el retraso económico, Europa asistió a una época de crecimiento que facilitó la aparición del Gótico
LLEGADA TARDÍA A LA PENÍNSULA
Pero no fue así. El estilo románico, introducido desde Francia por el Camino de Santiago desde mediados del siglo XI, había alcanzado un gran prestigio y desarrollo en las construcciones catedralicias hispanas. En el gran templo de Santiago de Compostela, erigido entre finales del siglo XI y mediados del XII, seguían trabajando en estilo románico a finales del XII e incluso a principios del XIII. El maestro románico Mateo remataba su magnífico Pórtico de la Gloria en 1188, aunque algunas obras menores se prolongaron hasta 1211.
A comienzos del siglo XIII hacía ya más de medio siglo que el gótico triunfaba en Francia e Inglaterra, pero, salvo en los monasterios cistercienses, en los reinos cristianos de Hispania se seguía construyendo en románico.
Tan sólo en la ciudad episcopal de Tarazona, en elreino de Aragón, se inició hacia 1190 una catedral en estilo gótico francés –probablemente porque su sede episcopal estuvo ocupada por varios prelados naturales de allí–, que se consagraría en 1235, aunque hasta el siglo xvi se fueron añadiendo nuevos elementos; muchos de ellos, como la torre y el cimborrio de ladrillo, en estilo mudéjar. Y algo similar ocurrió en la de Tarragona, en la Cataluña nueva. En cambio, en Zaragoza, en la capital del reino de Aragón, la catedral del Salvador se comenzó en románico en las primeras décadas del siglo XII, y en ese estilo continuó hasta finales de la cen- turia. Y lo mismo ocurrió en el resto de Hispania.
Sin embargo, esta situación cambió radicalmente en 1221. Ese año el obispo Mauricio de Burgos, que había viajado por Europa occidental en busca de la princesa Beatriz de Suabia a fin de acompañarla a Castilla para casarla con su rey Fernando III, decidió derribar la pequeña catedral románica y sustituirla por una gótica como las que había visto en algunas ciudades de Francia durante su viaje. A comienzos del siglo XIII, Burgos era una ciudad en crecimiento que se estaba convirtiendo en la más importante del reino de Castilla, en esos momentos separado del de León. El obispo Mauricio necesitaba un golpe de efecto para asentar la diócesis de Burgos –que había sido fundada en 1075 mediante el traslado de la sede episcopal desde