EL FINAL DE GÓTICO EN ESPAÑA
En España, la mejora económica de la primera mitad del siglo XVI, algunas rentas llegadas tras la conquista de América y la unión dinástica de las Coronas de Castilla-León y de Aragón en la figura del emperador Carlos alentaron un auge de la construcción religiosa y civil, y fruto de ese impulso fue la edificación de varias catedrales. La de Astorga se comenzó a construir en 1471 por el maestro Rodrigo Gil de Hontañón, que incorporó elementos renancentistas. En 1498 se inició la de Plasencia, en la que se sucedieron varios maestros. En 1513 se construyó la de Salamanca, obra de Antón Egás, que planteó una obra en la que altura y anchura no guardaban una armonía requerida en los templos góticos. El plan original recibió numerosas críticas y, por ello, en 1522 se optó por darle mayor altura, pasando de los 33 metros iniciales a los 39 finales. En la obra participaron los maestros Juan Gil de Hontañón y García Cubillas, que lograron acabarla en lo esencial en 1577. La última en construirse fue la de Almería. Las obras comenzaron sobre el solar de la antigua mezquita y acabaron en 1569. Las últimas catedrales se cubrieron con bóvedas estrelladas, de terceletes y de abanico, cada vez más complejas, como si se tratara de los últimos grandes fuegos de artificio de un estilo que parecía condenado a extinguirse para siempre.