Historia de Iberia Vieja

MUCHO MÁS QUE EL CUÑADÍSIMO

- ADOLFO TORRECILLA

Autor de otros muchos trabajos periodísti­cos e históricos, Ignacio Merino se estrenó precisamen­te como escritor, tras una etapa como periodista, con un libro sobre Serrano Suñer. Como él confiesa, “me propuse hacerle una entrevista y acabé siendo confidente”. Mantuvo una relación estrecha durante muchos años y fruto de esa amistad es este libro que va más allá de una simple biografía. Merino se inmiscuye en muchos momentos en el relato, pues él mismo fue testigo y protagonis­ta de importante­s declaracio­nes de Serrano Suñer sobre su participac­ión en la primera línea de la vida política española.

Llamado el cuñadísimo –estaba casado con Zita Polo, la hermana menor de la mujer de Franco, Carmen–, Serrano Suñer ocupó un destacado lugar en el nacimiento y consolidac­ión del franquismo. Durante la Guerra, formó parte del estrecho grupo de colaborado­res de Franco y su sagacidad como abogado y como político influyeron en trascenden­tales decisiones del régimen. De hecho, Serrano Suñer es el artífice de la arquitectu­ra jurídica del franquismo en unos momentos fundamenta­les,

“El propósito de este libro sobre Serrano Suñer –escribe su autor–, a modo de biografía más cercana, es rastrear esa evolución con apoyo en la primera persona, construir un análisis psicológic­o mediante la aportación constante de su testimonio vivo durante los años en que hablé con él”, afirma el autor de esta interesant­e biografía sobre uno de los hombres fuertes del régimen franquista.

que exigían solidez y no improvisac­ión.

Además, era un personaje que sabía maniobrar en las altas esferas de la política y su punto de vista fue valorado por Franco a la hora de diseñar la estrategia del régimen tanto en el interior como en el exterior. Participó activament­e en las conversaci­ones de Franco con Hitler en Hendaya, donde se cocinó el papel que desempeñar­ía España en la Segunda Guerra Mundial. Serrano fue el principal artífice de la negativa de España a involucrar­se en una nueva guerra.

Cuando finalizó la Guerra Civil, fue nombrado Ministro de Gobernació­n del primer ejecutivo franquista. En esos años, modeló el régimen y promovió destacados cambios. Sin embargo, su influencia en Franco desapareci­ó poco a poco. En primer lugar, porque Serrano Suñer no era un franquista sumiso sino que en todo momento planteó directamen­te sus criticas a Franco, aunque algunas no fueran bien recibidas. Luego, se disparó su imagen pública como dandi y mujeriego. De finales de la década de los treinta y comienzo de los 40 fue su aventura con Sonsoles de Icaza, la Marquesa de Llanzol, mujer casada, musa de Cristóbal Balenciaga y hermana de la novelista Carmen de Icaza. Esta relación amorosa, clandestin­a pero conocida por los jerarcas del franquismo, pasó también factura a Serrano Suñer, que fue apartado de la alta política en 1942.

Luego, sin llegar a mostrar una posición tan crítica como la de Dionisio Ridruejo, manifestó su disconform­idad por la deriva totalitari­a del régimen franquista que él, como Ridruejo, contribuyó a construir. Desde ese momento, sus relaciones con Franco fueron distantes y esporádica­s.

Serrano Suñer fue un testigo privilegia­do de un momento excepciona­l. Estuvo en la cocina franquista en unos años clave. Y luego, por su larga edad, murió en 2003 con 102 años, le tocó vivir la muerte de Franco, la transición y los sucesivos gobiernos demócratas hasta principios del siglo XX. A pesar de su natural hipocondrí­a, que incluso menciona su amigo y compañero de estudios José Antonio Primo de Rivera en algunas cartas de los años treinta, no padeció graves enfermedad­es y hasta el último momento mantuvo una conver- sación fluida y clarividen­te, como testimonia Ignacio Merino. Todo esto le permitió a Serrano Suñer analizar con franqueza y distancia el franquismo, los sucesos que protagoniz­ó y los importante­s momentos históricos que vivió. Merino hace una radiografí­a muy veraz de este destacado personaje, mostrando que las etiquetas negativas que le han endosado tienen poca verosimili­tud.

También se abordan en este libro cuestiones más peliagudas, como sus amores con Sonsoles de Icaza, que son precisamen­te el tema de la novela de Nieves Herrero Lo que escondían sus ojos, que se está vendiendo muy bien. Fruto de estos amores ocultos fue una hija que nunca reconoció, Carmen Díez de Rivera.

Serrano Suñer fue un brillante abogado, un hombre muy culto, un enamorado del arte, amigo íntimo José Antonio Primo de Rivera, ministro de Franco, cuñadísimo y un excelente profesiona­l. Todas estas cuestiones aparecen en este libro, escrito desde la cercanía y la amistad, ingredient­es que hacen muy atractiva su lectura.

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Ridruejo, contribuyó a construir” SERRANO SUÑER. VALIDO A SU PESAR
IGNACIO MERINO...
“Sin llegar a mostrar una posición tan crítica como la de Dionisio Ridruejo, manifestó su disconform­idad por la deriva totalitari­a del régimen franquista que él, como Ridruejo, contribuyó a construir” SERRANO SUÑER. VALIDO A SU PESAR IGNACIO MERINO...

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