La Sevilla almohade
Tras el dominio almorávide de la Península, este imperio fue reemplazado en 1147 por otra dinastía proveniente de Marruecos: los almohades, que fijaron su capital en Sevilla, donde realizaron sus mejores obras arquitectónicas.
La Giralda, a la derecha, era el antiguo alminar o minarete de la mezquita mayor de Sevilla, del siglo XII. Está dividido en tres cuerpos: los dos primeros son de época almohade, mientras que la parte superior es un añadido cristiano con el fin de albergar las campanas de la catedral. Sus fuentes de inspiración fueron el alminar de Abderrahmán I en la mezquita de Córdoba y el de la mezquita Kutubiyya de Marrakech. Alcanza los 104 metros de altura incluyendo el Giraldillo, una estatua-veleta que acabó dando nombre a la torre. En su interior hay 35 rampas, que antaño permitían que el encargado de llamar a la oración pudiera subir por ellas.
A su vez, la Torre del Oro, abajo en la otra página, es una torre albarrana de tipo poligonal y remate almenado. Dos teorías tratan de justificar su nombre. Algunos autores creen que hace referencia al color dorado de los azulejos que se utilizaron para decorar las partes más altas, mientras que otras versiones apuntan a que en este monumento se guardaba parte del oro proveniente de las Américas. Formada por tres cuerpos, el primero fue construido en el siglo XIII y el segundo es ya de época cristiana. Tras los desperfectos que sufrió la torre a raíz del terremoto de Lisboa de 1755, el militar Sebastián van der Bocht la coronó con un cuerpo de sección cilíndrica en 1760.
Traemos también a esta doble página, arriba, el jardín del estanque y la Galería del Grutesco de los Reales Alcázares de la capital hispalense; y la mezquita onubense de Almonaster la Real y el castillo de Almuñécar (Granada).