Buscaban a un santo… y encontraron una necrópolis visigoda
SU LEGENDARIA biografía es la de tantos santos de la Edad Media española. Babilés era obispo de Pamplona cuando comenzó a ser perseguido por las huestes musulmanas. Emigró a Toledo, y fue atrapado y posteriormente martirizado. Sus restos fueron sepultados en el cerro que hoy lleva su nombre, junto a ochenta niños a los que, asegura la leyenda, daba clase.
El pasado mes de febrero, el Ayuntamiento de Boadilla del Monte encargó a un equipo de arqueólogos el inicio de las excavaciones con el principal objetivo de hallar la primitiva ermita de San Babilés, que, según la tradición, estuvo ubicada en el cerro. Sin embargo, la sorpresa de los siete especialistas fue mayúscula al hallar una necrópolis visigoda del siglo VI, sobre la cual, siglos después, se construiría la ermita en honor del santo.
El georradar ha revelado que en esa zona existe un enterra- miento de envergadura, aunque, a día de hoy, aún no se han encontrado los restos del santo.
También han salido a la luz restos de los cimientos de una ermita, construida en los siglos XII o XIII y de gran fama en los siglos XVI y XVII por las supuestas facultades curativas atribuidas al santo. Se sabe que incluso el infante Baltasar Carlos, hijo de Felipe IV, y fallecido apenas con 17 años, acudió a la misma con la esperanza de recuperar la salud.