Dragon Rapide
de comenzada la Guerra Civil, el periódico El llevaba a portada a Juan March, con una caricatura en la que lo acusa de ser “el empresario de la rebelión”.Apenas unos meses después, se extiende la idea, entre las filas republicanas, de que es la figura esencial desde el punto de vista financiero del levantamiento, afirmando que a comienzos de 1937, ya había aportado 15 millones de libras esterlinas a las fuerzas nacionales. El 25 de julio de 1936, con el conflicto ya extendido por el país, March se había establecido en Lisboa.
Lo cierto es que si el nombre de Juan March ha quedado unido a algún momento de la historia de España, este ha sido al comienzo de la Guerra Civil, y más en concreto al avión fletado para que Franco se pusiera al frente de los sublevados, el Dragon Rapide. Y es que será de su bolsillo de donde salga buena parte del dinero necesario para alquilar el avión que llevaría a Franco desde Canarias, donde era Comandante General, a Marruecos, desde donde encabezaría la sublevación contra el Gobierno de la República.
Después de no pocos problemas con los gobiernos republicanos que le habían llevado incluso a la cárcel y a escapar de la misma, March se encontraba en julio de 1936 establecido en Biarritz y desde ahí, el día 4 de julio, entregaría un cheque al director del diario Abc, Juan Ignacio Luca deTena, que, a su vez, encomendaría al corresponsal del diario en Londres, Luis Bolín que contratase el avión que trasladaría al general Franco. Este última, con la ayuda experta de Juan de la Cierva, acabó por contratar un Havilland D.H. 89 Dragon Rapide, que sería clave en el inicio de la rebelión. March quedó significado, ya para siempre, como el banquero del alzamiento.También, pocos años después, como una de las figuras clave que evitaron la entrada de España en la Segunda Guerra Mundial al intermediar, siempre con su dinero de por medio, entre los generales franquistas y el gobierno inglés.