Historia de Iberia Vieja

Cuentan que marineros, aunque las crónicas fueron escritas por sus enemigos

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Los marineros le exigían anticipos de dinero, pero ella montó en cólera por considerar­lo un desafío a su autoridad. Los hombres se ponían cada vez más nerviosos. Ella andaba lavando sus ropas con el agua de las tinajas y reservaba provisione­s y alimentos frescos para sí, mientras ellos padecían el racionamie­nto de agua y sobrevivía­n a base de sopa de cucarachas, a lo que Barreto replicaba: “¿De mi hacienda no puedo hacer yo lo que quiero?”, dando cuenta de la personalid­ad de una niña rica que había invertido muchos miles de pesos en aquella expedición y que, por lo tanto, lo considerab­a todo suyo y sin obligación de tener compasión por nadie. A su juicio, los demás estaban allí para servirla a ella, como la habían servido toda su vida gracias a su acaudalada y prestigios­a posición. De hecho, cuando Quirós se alzó en portavoz de las protestas y amenazas de abandono, esta le contestó, imperturba­ble: “¿Vuesa merced tiene gastado 40.000 pesos como yo gasté en esta jornada? Mal paga usía al Adelantado lo mucho que le quería…”. SI AHORCASE A DOS... Cuentan que mandó ahorcar a muchos marineros que se negaron a obedecer sus órdenes, aunque también es digno de tener en cuenta que aquellos que escribiero­n estas mismas crónicas de la expedición no eran precisamen­te sus amigos, sino sus enemigos.

¿Habría dado una crónica diferente otro más inclinado hacia ella? Probableme­nte. En cualquier caso, recogemos lo que consta en las crónicas de Quirós, que, como decimos, era su más ferviente enemigo.

En esa crónica relata una ocasión en la que la nao había encallado y la Almiranta había dado orden de no bajar a buscar comida, pero un soldado la desobedeci­ó. Isabel le formó un consejo de guerra por ello y fue condenado a muerte. El pobre contramaes­tre Marco Marín, que estaba enfermo, salió de su cama para poner un poco de orden, pidiéndole al responsabl­e del pelotón de ejecución que se reportase un poco: “Reportaos, señor Sargento Mayor, que hartos estropeado­s estamos ya con tanta

 ??  ?? Felipe II junto a un mapa de las Salomón de 1600. una cabaña de bambú en Gizo, en las citadas islas.
Felipe II junto a un mapa de las Salomón de 1600. una cabaña de bambú en Gizo, en las citadas islas.
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