Cuentan que marineros, aunque las crónicas fueron escritas por sus enemigos
Los marineros le exigían anticipos de dinero, pero ella montó en cólera por considerarlo un desafío a su autoridad. Los hombres se ponían cada vez más nerviosos. Ella andaba lavando sus ropas con el agua de las tinajas y reservaba provisiones y alimentos frescos para sí, mientras ellos padecían el racionamiento de agua y sobrevivían a base de sopa de cucarachas, a lo que Barreto replicaba: “¿De mi hacienda no puedo hacer yo lo que quiero?”, dando cuenta de la personalidad de una niña rica que había invertido muchos miles de pesos en aquella expedición y que, por lo tanto, lo consideraba todo suyo y sin obligación de tener compasión por nadie. A su juicio, los demás estaban allí para servirla a ella, como la habían servido toda su vida gracias a su acaudalada y prestigiosa posición. De hecho, cuando Quirós se alzó en portavoz de las protestas y amenazas de abandono, esta le contestó, imperturbable: “¿Vuesa merced tiene gastado 40.000 pesos como yo gasté en esta jornada? Mal paga usía al Adelantado lo mucho que le quería…”. SI AHORCASE A DOS... Cuentan que mandó ahorcar a muchos marineros que se negaron a obedecer sus órdenes, aunque también es digno de tener en cuenta que aquellos que escribieron estas mismas crónicas de la expedición no eran precisamente sus amigos, sino sus enemigos.
¿Habría dado una crónica diferente otro más inclinado hacia ella? Probablemente. En cualquier caso, recogemos lo que consta en las crónicas de Quirós, que, como decimos, era su más ferviente enemigo.
En esa crónica relata una ocasión en la que la nao había encallado y la Almiranta había dado orden de no bajar a buscar comida, pero un soldado la desobedeció. Isabel le formó un consejo de guerra por ello y fue condenado a muerte. El pobre contramaestre Marco Marín, que estaba enfermo, salió de su cama para poner un poco de orden, pidiéndole al responsable del pelotón de ejecución que se reportase un poco: “Reportaos, señor Sargento Mayor, que hartos estropeados estamos ya con tanta