Gracos antes de Podemos
LA IRRUPCIÓN DE PODEMOS como la cuarta fuerza más votada en las pasadas elecciones europeas, algo que para muchos era un hecho puntual y simplemente una advertencia a los partidos clásicos, ha ido tomando cuerpo hasta convertirse en una amenaza real para los “partidos de la casta”, según indican todas las encuestas de intención de voto. Pretenden, entre otras cosas, quitar el bastón de mando a los poderosos y devolvérselo al pueblo, asegurar los derechos básicos como el trabajo y el hogar... algo que ya intentaron los Gracos en el siglo II a.C.
Hijos del cónsul Tiberio Graco y de Cornelia, hija de Escipión el Africano, los hermanos Graco (Tiberio y Cayo) pertenecían a la clase patricia de Roma, pero han pasado a la historia por emprender reformas para aliviar la situación del pueblo frente a los más poderosos y ricos. Las conquistas de nuevas tierras y el trabajo gratuito de esclavos, hicieron que el precio del trigo cayese hasta el punto de que los pequeños y medianos agricultores de Roma no pudieron competir y se vieron obligados a vender, quedando todo en manos de unos pocos latifundistas. Una sociedad eminentemente agrícola estaba perdiendo a los ciudadanos libres que trabajaban sus tierras y que en tiempos de guerra se convertían en la base de sus legiones, para convertirlos en homeless o, con suerte, en asalariados de los latifundistas por unas monedas.
Como Tribunos de la plebe, Tiberio primero y su hermano Cayo más tarde, trataron de poner en marcha una reforma agraria para redistribuir las tierras e impedir el acaparamiento en manos de unos pocos. Lógicamente, aquellas reformas contaron con el apoyo del pueblo y la oposición de los más poderosos (aristócratas y Senado). Ambos murieron de forma violenta... con las botas puestas. De Podemos, el tiempo y los españolitos de a pie dirán.
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