“El profesor Capo no tenía medias tintas, seguía un naturismo sin concesiones”
Fue un personaje único y sin medias tintas: un naturista librepensador sin concesiones. El naturismo de la vieja escuela era así: el que lo aceptara, que lo practicara y el que no, que siguiera otros métodos. Para mí, el naturismo que promovía mi padre es el auténtico, porque enseguida surte efecto. Eso sí, si se sigue a medias, el resultado también será a medias. Capo era único y todo lo hacía con el corazón. De este modo es como fueron surgiendo esas obritas prácticas que editaba y que ponen de manifiesto que, además de su vertiente filosófica, tenía también una finalidad muy práctica: poner el naturismo al alcance de todo el mundo.
¿Qué significaron revistas como que él mismo dirigió, en la España de los años veinte y treinta?
El profesor Nicolás Capo (1899-1977) fue uno de los impulsores del naturismo en España. Precursor del nudismo, escribió numerosas obras divulgativas y promovió la trofoterapia, una dieta regeneradora de las enfermedades causadas por la mala combinación de los alimentos. Su hija Odina, regente desde hace un cuarto de siglo del restaurante vegetariano L’hortet, en Barcelona, nos recuerda hoy su legado, más vivo que nunca, como prueba la publicación de un magnífico libro de Larousse editorial: Recetario del profesor Capo. El profesor y su esposa y discípula número uno, Ramona Perera, editaban quincenalmente Pentalfa, una revista que defendía la pureza del hombre a través de la práctica del nudismo, el naturismo y la librecultura. Aunque en aquella época había −teóricamente− libertad de ideas, la publicación resultó muy revolucionaria en una sociedad que veía el desnudo como un pecado y el cuerpo de la mujer como una tentación inmoral. Esta defensa del nudismo fue la causante de la persecución que padeció Capo y de sus acusaciones de proselitismo y desafección al régimen. Pentalfa contribuyó a la difusión del naturismo y el nudismo tanto en España como en muchos otros lugares del mundo (Argentina, Francia, Alemania…) en que se distribuía gracias a simpatizantes emigrados.
Capo no estaba solo en su “apostolado”. ¿Qué personalidades simpatizaron con su causa?
Entre los más célebres estaban el músico Pau Casals, la política y sindicalista anarquista Frederica Montseny, el pedagogo libertario y militante anarcosindicalista Joan Puig Elies, el político Eduard Aunós, el poeta Xavier Viura, la cantante y compositora Genoveva Puig, el pianista Juli Pons... En cuanto a otros naturistas, destaca el gallego José Castro, que fue quien le introdujo en el naturismo y la trofología.
Y llegó la guerra… ¿Cómo vivió el profesor los años que siguieron al fratricidio?
Malvivió, como mucha gente: hambre, bombas, familias rotas… pero además estuvo perseguido por el régimen. Cuando la guerra estalló en 1936 mi madre ya le dijo que se fuera porque iban a ir a por él: “Capo, esto te va a traer problemas”, le advertía refiriéndose al nudismo. Entre 1938 y 1941 estuvo exiliado en el campo de concentración francés de Argelès-sur-Mèr. Volvió a Barcelona durante una corta temporada en que estuvo escondido en casas de amigos, pero ese mismo año le detuvieron y le mandaron al batallón disciplinario de Nanclares de la Oca (Álava) acusado de ser desafecto al régimen. En tres largos años de trabajos forzados se las ingenió para que una simple piel de naranja le sirviera de alimento durante un par de días, para intercambiar los cigarrillos que conseguía por rezar y confesarse por algo de fruta o pan, o para entregar regímenes a través de la alambrada a los pacientes que acudían a él. La última expulsión de mi padre fue la más larga: entre 1952 y 1967 fue denunciado por intrusismo y tuvo que exiliarse a Perpiñán (Francia) donde siguió publicando libros y difundiendo incansable el naturismo. El impulsor de la cocina vegetariana LAROUSSE EDITORIAL. BARCELONA (2016). 224 PÁGS. 17,50 €.