Las tumbas de Recesvinto y Wamba fueron saqueadas por los franceses?
de lo que encontramos en otras monarquías europeas, no se dio en España la tradición de sepultar a los reyes en un mismo lugar. La primera iniciativa al respecto –y que continúa en la actualidad– fue la de Felipe II con el panteón del monasterio de El Escorial. De este modo, los reyes medievales solían ser enterrados en los lugares donde morían. El visigodo Recesvinto murió en el año 672 en la localidad vallisoletana de Gerticos (que posteriormente tomó el nombre de Wamba, la única población española que empieza por W, por el hijo de Recesvinto), y allí fue sepultado. Según la historiografía tradicional, Alfonso III, ya en el siglo X, ordenó trasladar sus restos a la iglesia de Santa Leocadia en Toledo, la situada frente al Alcázar (no hay que olvidar que Toledo cuenta con dos iglesias con la misma advocación). Wamba reinó solo hasta el año 680, cuando fue obligado a renunciar a la corona y retirarse al monasterio de Monjes Negros de San Vicente en Pampliega (Burgos), donde, según distintas fuentes, fue enterrado. De nuevo Alfonso III quiso que sus restos descansaran junto a los de su padre. A principios del siglo XIX, en el curso de la Guerra de Independencia, las tumbas de ambos fueron profanadas por los franceses. Fue en 1845, ya bajo el reinado de Isabel II, cuando sus restos volvieron a reunirse en una arqueta forrada de terciopelo, que fue trasladada a la catedral de Toledo, donde se conservan actualmente.