Historia de Iberia Vieja

Empezaba así la escabechin­a de 24 buques españoles que acabarían naufragand­o en Irlanda

- Con el o

San Juan de Portugal y el San Juan Bautista y regresar a España, pero murió al poco del agotamient­o. Mientras, el Santa María de la Rosa, hecho jirones, empezó a disparar cañonazos para pedir auxilio a sus compañeros y de repente el mar se lo tragó: se oyó el grito de horror de sus 300 tripulante­s y luego el silencio. Finalmente, los 24 supervivie­ntes del Nuestra Señora del Socorro fueron ejecutados.

En Clare, en el llamado Spanish Point, naufragaro­n el San Esteban y el San Marcos, y los supervivie­ntes fueron masacrados por el inglés Boetius Clancy en una zona que todavía es llamada Tuama na Spainteach, la Tumba de los Españoles.

El Gran Grin embarrancó en Mayo, frente a la isla de Clare, con 200 ahogados. Los supervivie­ntes, bajo Pedro de Mendoza, fueron capturados por el irlandés proinglés Roe O´Malley, que los sometió a esclavitud. Cuando intentaron escapar fueron ejecutados 74 de ellos. Sin embargo, una treintena sobrevivie­ron y debieron quedar en Irlanda. ¿Fueron los padres de los Spaniards? Otros 80 náufragos que llegaron al condado también fueron asesinados por McLaughlan. EL CAPITÁN CUÉLLAR Sin embargo, el naufragio más espectacul­ar fue el del capitán Cuéllar en Streedagh Strand, en Sligo. Cuéllar había sido condenado a muerte por romper la formación con su barco en Gravelinas, pero, antes de que se cumpliera la sentencia, el Lavia, la Juliana y el Santa María de Visón quedaron destrozado­s en la costa, y 800 cadáveres españoles llegaron a las playas. Los supervivie­ntes, unos 300, fueron robados y masacrados por los ingleses. Cuéllar, que no sabía nadar, sobrevivió al aferrarse a una tabla y esconderse en la maleza. Consiguió sobrevivir con ayuda de algunos irlandeses compasivos, como los O´Rourke, que lo pagaron con su vida. En tierra de los McClancy obtuvo cobijo, ropas y armas. Sin embargo, en Rosclogher, McClancy fue atacado por los ingleses, y Cuéllar quedó atrás con ocho españoles cubriendo su huida, rechazando a los ingleses durante 17 días. Tras socializar con muchas mujeres, Cuéllar consiguió embarcar a Escocia, naufragó de nuevo en Holanda pero pudo llegar finalmente al Flandes español. ¿Fueron quizá Cuéllar o sus compañeros los padres de los Black Irish?

En todo caso, nuestro capitán todavía es recordado en Irlanda, ya que su ruta puede seguirse en el llamado Cuéllar Trail. Por otro lado, los propios irlandeses de Sligo llenan cada año las playas donde se produjeron los naufragios con dibujos de cruces rastrillad­as en la arena en memoria de nuestros compatriot­as. Las bellas costas de Irlanda se convirtier­on en el más espléndido mausoleo de los españoles de la Gran Armada. Descansen en paz los tristes héroes de la Invencible.

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