Historia de Iberia Vieja

La vida… bueno, el sexo

- Bruno Cardeñosa Director @HistoriaIb­eria

LA HISTORIA DEL SEXO Y DE LAS RELACIONES HUMANAS ÍNTIMAS SON UN REFLEJO DE CADA ÉPOCA. Hay tópicos, porque podemos pensar que la moralidad evolucionó siempre y cada época es más desarrolla­da que la anterior; en realidad hay momentos mucho más avanzados en el pasado de lo que nos creemos y luego se volvió atrás. Así es la vida: se sube, se baja, se va adelante y se va para atrás, aunque el resultado global sea ascendente… Como todo en la vida, es necesario ver las cosas en perspectiv­a.

En muchas ocasiones, la postura social respecto al sexo tenía que ver mucho con la situación de las mujeres. Cuanto más igualitari­a ha sido esa posición, más avanzadas han sido las sociedades y también las relaciones íntimas entre los dos sexos, porque el avance de la mujer ha tenido una influencia directa en relación a la apertura de la sociedad y cuanto mejor están ellas, menos caduca y castradora es la moralidad. Las cosas han mejorado, pero evidenteme­nte quedan infinitos caminos de igualdad por recorrer, aunque a medida que se logren estos avances se logrará más normalidad en cuanto al sexo. La vida oculta de los reyes es también un reflejo del machismo histórico. Ésta no siempre ha sido idílica. Es cierto que los reyes han tenido más que nadie, y que sus posibilida­des eran ilimitadas, pero también lo eran las normas que tenían que seguir. Entre otras cosas, habían asumido como una exigencia casarse con quien le decían porque el matrimonio formaba parte de su trabajo y las uniones estaban más dirigidas por los intereses políticos que por los intereses del corazón. Además, el régimen moral imperante y ver que estaban clavados en ellos los ojos de toda la población –que para ellos eran súbditos–, hacía que todo tuviera que ocurrir de puertas para adentro y con un sentimient­o de vergüenza. Todo ello y más provocó situacione­s incomprens­ibles en las casas reales y por eso la historia de los reyes está llena de secretos de alcoba, dentro de las cuales ocurría aquello que ni ellos mismos podían creer ni admitir, pese a sentir que su poder les convertía en dioses que podían hacer lo que les diera la gana.

No todo ha cambiado, pero algo se ha avanzado. En este sentido Alfonso XIII fue el primer rey “moderno”. Evidenteme­nte, él pensaba que su trabajo no era tal y que en realidad los reyes no tienen ninguna obligación más que visitas protocolar­ias, alguna inauguraci­ón o reuniones intrascend­entes. Así que tiró por la calle del medio e hizo lo que le dio la gana. En contra de lo que hicieron sus predecesor­es no se escondió demasiado para hacerlo. Y nosotros nos divertimos al contarlas y leerlas. Vivió en una época compleja para España, tomó sus decisiones oficiales –acertadas o no–, pero al mismo tiempo quiso disfrutar de su cargo gracias a un tren de vida que sólo los marajás pueden permitirse. Le gustaban las fiestas, las actividade­s lúdicas y las mujeres. Dejó hijos por todo el país. Y además, tenía unos gustos sexuales que para una época mojigata como la suya podían parecer desviados, pero su posicionam­iento al respecto estuvo claro: vive y deja vivir. Sin esa postura suya hoy no podríamos recordar las risas que aún generan sus actos ni explicar cómo se convirtió en uno de los padres de la pornografí­a en España. A él, por entonces, no se le inmutaban los bigotes por su acercamien­to al “lado ocuro” de la vida…

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain