Thalmann quedó fascinada por el coraje de los milicianos catalanes, y tras reponerse de la sorpresa inicial, no dudó un minuto en alistarse para combatir en la Guerra Civil
mencionaban ya la intención de numerosos atletas de alistarse en las milicias ciudadanas que, poco después, saldrían en dirección a Zaragoza. Uno de estos deportistas que decidieron tomar las armas fue la nadadora suiza Clara Thalmann, quien había llegado para participar en la Olimpiada como miembro del Club de natación de los trabajadores. Thalmann quedó fascinada
deportistas soviéticas durante la celebración de unas Olimpiadas alternativas;
miembros del equipo estadounidense; y, llegada de deportistas extranjeros al puerto de Barcelona. por el coraje de los milicianos catalanes, y tras reponerse de la sorpresa inicial, no dudó un minuto en alistarse en la Columna Durruti.
La suiza era una destacada activista anarquista en su país, y junto a sus compañeros de la Columna Durruti marchó en dirección al frente de Aragón, donde se le unió su esposo, Pavel Thalmann. Ambos lucharon mano a mano en las trincheras –donde conocieron a George Orwell–, y también participaron en las tristes Jornadas de Mayo del 37 en Barcelona, enfrentándose a los comunistas como parte de un grupo llamado “Amigos de Durruti”. Fue precisamente su posicionamiento anarquista lo que llevó a su detención por parte de las fuerzas republicanas, pasando varios meses en prisión. Cuando al fin fueron liberados gracias a la mediación de sus amigos suizos, Clara y Pavel Thalmann se establecieron en París, donde poco después, en plena II Guerra Mundial, destacarían como miembros activos de la Resistencia francesa.
Otro de los atletas que sucumbió seducido ante el entusiasmo revolucionario y antifascista vivido en Barcelona en aquellos días de julio fue el estadounidense Alfred “Chick” Chakin. El norteamericano había acudido a la Olimpiada Popular como entrenador del equipo de lucha, con la intención de mostrar la oposición del movimiento obrero estadounidense frente al fascismo. Una vez aquí, y tras convertirse en protagonista involuntario del inicio de la guerra civil, decidió sumarse a las Brigadas Internacionales con entusiasmo, tras un breve retorno a su patria. Chakin se unió al Batallón Mackenzie-Papineau, formado en su mayoría por canadienses, y luchó con valor en varios frentes durante la