Los descendientes del Conde de Barcelona
EL LEGADO QUE DEJÓ RAMÓN BERENGUER I complicaría mucho las cosas las décadas siguientes. Testamentó que sus dos hijos debían gobernar en igualdad de condiciones, aunque parece que existían ciertos privilegios a favor del futuro conde Ramón Berenguer II de Barcelona, probablemente mellizo de Berenguer Ramón II, y a quien todos conocían como “cabeza de estopa”. Cap d’Estopa se vio obligado a repartir sus dominios con su hermano, algo a lo que se comprometería ante los obispos de Barcelona y Gerona y el vizconde de Cardona.
No obstante, pronto surgieron disputas sobre las atribuciones de cada uno y el reparto de las muchas propiedades que les legó su padre, todo ello con las luchas contra las taifas musulmanas como trasfondo. Puesto que en el testamento Ramón Berenguer dejó a sus hijos bajo tutela papal, a finales del año 1077 Gregorio VII envió a Gerona a su legado, Amat de Olorón, para dar impulso a sus ideas de reformas eclesiástica. Sobrequés apunta que es muy probable que aprovechara su estancia para conseguir que los hermanos se reconciliaran y se pusiera fin a sus disputas condales. Asunto complejo.
El año de 1079, Ramón y Berenguer se repartieron la ciudad de Barcelona, entre otros dominios, y convinieron en residir, alternándose, durante seis meses en el palacio condal, pero los problemas sucesorios continuaron.
Es en ese momento cuando aparece en escena uno de los personajes más importantes de la Edad Media hispana, Rodrigo Díaz de Vivar, “El Cid”, quien, enemistado con el rey Alfonso VI de León y Castilla, se trasladó hasta Barcelona para ofrecer su colaboración en una expedición prevista para la lucha con las taifas el siguiente verano. No aceptaron su propuesta y el “Campeador” parece que quedó al servicio del rey Al-Muqtadir y su hijo Al-Mutamán, reyes de la Taifa de Zaragoza, como buen mercenario, llegando a enfrentarse, en la batalla de Almenar del verano de 1082, con el propio Berenguer Ramón, siendo este último hecho prisionero y liberado poco después.
El día 5 de diciembre de 1082, Ramón Berenguer caía en una emboscada en el bosque de Perxa del Astor, mientras viajaba a Barcelona. Allí fue asesinado, se cree que por sus propios acompañantes, que quizá obedecían órdenes de su propio hermano, Berenguer Ramón II que, acusado de asesinato, pasó a los anales históricos como “el Fratricida”.