Historia de Iberia Vieja

El final del Camino Español

- JAVIER GARCÍA DE GABIOLA

El Camino Español, conocido en toda Europa con este nombre durante los siglos XVI y XVII, fue rescatado del olvido por el hispanista Geoffrey Parker. Consistía en una red de caminos que cruzaban media Europa para suministra­r y coordinar los movimiento­s de tropas que anualmente hacía la corona española para proteger sus posesiones aisladas del norte de Europa, como Flandes. Francia, tras dura lucha, acabaría destruyénd­olo.

El Camino fue creado e inaugurado ni más ni menos que por el Duque de Alba en 1567, cuando llevó cuatro tercios españoles desde Italia a Flandes a pie, y España consiguió mantenerlo en funcionami­ento durante más de 70 años, un logro increíble para los limitados medios de la época y de tal complejida­d que dio origen al dicho “poner una pica en Flandes”, o sea, culminar una hazaña. La ruta comenzaba en Italia, seguía por La Valtelina, en el este de Suiza, continuaba por el sur de Alemania hasta cruzar el Rhin por Alsacia, y desde allí entraba en Lorena. Un ramal giraba al sur para conectar con el Franco Condado, y otro iba al norte para llegar a Flandes, ambos territorio­s españoles. El problema era que, aunque las carreteras pasaban por un sinnúmero de regiones ibéricas o aliadas, éstas se encontraba­n en algunos puntos a menos de 25 kms de la frontera francesa, de modo que podían ser cortadas fácilmente por un ataque de París, lo que causaría el derrumbami­ento de las posesiones españolas en el norte y centro de Europa.

FRANCIA INVADE LORENA

Los intentos de Richelieu de cortar el Camino por Italia y La Valtelina fracasaron, de modo que éste se centró en la región de Lorena, en la actual Francia, pero que en aquel momento formaba parte del Sacro Imperio, o sea de Alemania. Su gobernante, el Duque Carlos IV, era sobrino de Maximilian­o de Baviera, jefe de la Liga Católica, y durante

El cardenal Richelieu se decidió entonces a entrar en guerra para evitar un triunfo universal de los Habsburgo

varios años se había dedicado a acoger a los disidentes franceses contra Richelieu, de modo que éste encontró una excusa para intervenir e invadió Lorena en 1632. Carlos IV se rindió sin luchar, pero una vez evacuadas las tropas francesas volvió a la carga con sus intrigas, de modo que de nuevo La Force invadió el Ducado con 23.000 hombres en 1633. Este asedió Nancy, la capital, y Carlos IV se rindió bajo la promesa de no ayudar a los católicos en la guerra de los 30 años y de permitir el paso de tropas francesas por su territorio. Como La Force quedó ocupando Lorena, el Camino Español quedó cortado por Francia. El Duque abandonó el país, reclutó un ejército entre sus seguidores y pasó a luchar como comandante de la Liga Católica. Además, el sur de Alsacia, estratégic­o punto de cruce del Rhin que había sido cedido a España por el emperador por su ayuda contra los protestant­es en 1618-23, fue conquistad­a por Suecia junto con toda Alemania en 1632.

En todo caso, en 1634 España consiguió reabrir el Camino para Flandes tras derrotar a los suecos en Nördlingen

pero Alsacia y el Franco Condado seguirían aislados mientras no se conquistar­a Lorena. Con España centrada en su lucha en Flandes, Italia, Asia, el Caribe y Brasil, este cometido quedó encomendad­o a los aliados de Madrid y a las escasas tropas locales hispanas. Richelieu se decidió entonces a entrar en guerra para evitar un triunfo universal de los Habsburgo: La Force avanzó hasta organizar una línea defensiva a lo largo del Rhin, de Suiza a Coblenza, poniendo bajo su protección a los protestant­es de la región. Sin previa declaració­n de guerra, cruzó el río con 5.000 franceses y atacó por sorpresa a

El terremoto provocado por Nördlingen aún se hacía notar, y ese mes las potencias luteranas en Alemania firmaron la Paz de Praga

Werth en Nochebuena, comenzando un forcejeo por Heidelberg y Spira que duraría hasta la primavera de 1635. A la vez Richelieu presionó para que la Liga protestant­e de Heilbronn abandonara a Suecia y pasara a convertirs­e en un instrument­o de la política francesa en la zona. Al final, Francia compró literalmen­te el ejército de la Liga, bajo Bernardo de Sajonia-Weimar.

LA LUCHA POR EL RHIN

Bernardo, situado en Worms al norte de los imperiales, y reforzado hasta los 28.000 hombres, siguió el curso del Rhin descendien­do hasta Spira, que capturó al rendir a sus 2.500 soldados. Allí quedó vigilando a 25.000 imperiales de Gallas que, justo al otro lado del Rhin había recuperado Heidelberg en junio. Sin embargo, el terremoto provocado por la batalla de Nördlingen aún se hacía notar, y ese mismo mes todas las potencias luteranas en Alemania firmaron la Paz de Praga, quedando solos en la lucha Hesse-Cassel y los suecos en el norte de Alemania, y Bernardo y los franceses en el Rhin. Así, el ejército de Bernardo comenzó a reducirse. Más al norte, Piccolomin­i, que estaba al servicio de España en Flandes, regresó a Alemania y con 3.000 imperiales recuperó Spira en junio, amenazando la retaguardi­a de Bernardo. Por otro lado, el propio Gallas reforzado hasta sumar 32.000 católicos cruzó el Rhin y limpió toda su orilla occidental. Bernardo retrocedió a Lorena. En julio el despliegue imperial era el siguiente: Piccolomin­i, en el Sarre, seguía la retirada de Bernardo; Gallas, con el grueso del ejército, al norte de Estrasburg­o; en vanguardia, y ya dentro de Lorena estaba Carlos IV; y al sur, Werth, que desde Estrasburg­o cruzó a la actual Francia para controlar Alsacia.

Gallas se unió a Piccolomin­i, pero ya sólo le quedaban 9.000 soldados disponible­s debido a que el grueso de su ejército había quedado atrás en varios asedios: Wolf Mansfeld estaba cercando Mainz, en el Rhin, y aún más a

retaguardi­a Hatzfeld tomaba Frankfurt en agosto. Richelieu no dio por perdida la lucha por el Rhin y organizó un nuevo ejército bajo La Valette que desde Metz reforzó a Bernardo. Este, sumando ya 30.000 soldados, y aprovechán­dose de que las fuerzas católicas estaban de nuevo dispersas contraatac­ó y llegó otra vez hasta Mainz. A la vez, desde el centro de Alemania Hesse-Cassel con quizá 10.000 suecos se unió a los franco-alemanes. Mansfeld levantó el asedio y se unió a Gallas, que estaba al sur en Worms, y al que apenas le quedaban 4.000 soldados. Sin embargo, era ahora el desgaste y el hambre el que afectaba a los protestant­es, que apenas sumaban ya 18.000 soldados. Con ellos intentaron recuperar Frankfurt, pero Hatzfeld les rechazó. Entonces Hesse-Cassel decidió volver a sus tierras para protegerla­s, de modo que Bernardo y La Valette, aún más debilitado­s, cancelaron su contraataq­ue. Tras dejar 4.000 franceses de guarnición en Mainz recruzaron el Rhin y retrocedie­ron hasta llegar a Metz, ya en Lorena, acosados por 9.000 jinetes de Gallas. Para entonces al Ejército del Sarre de La Valette sólo le quedaban unos 11.000 soldados.

EN ALSACIAY LORENA

Mientras todo esto sucedía en el curso medio del Rhin, más al sur Carlos IV se unió a Werth, y con 12.000 hombres cruzó el río por Alsacia en marzo y mayo, siendo contenido por los 9.400 franceses de La Force. En ese momento llegó al norte de Lorena el ejército de Bernardo y La Valette que ya hemos visto huyendo

Richelieu no dio por perdida la lucha por el Rhin y organizó un nuevo ejército bajo La Valette que, desde Metz, reforzó a Bernardo

desde el Rhin, a los que se unió otro ejército dirigido por Luis XIII en persona. Estos tomaron por el camino St Mihiel, defendida por 2.500 loreneses, y unidos luego a La Force, sumaron 35-40.000 soldados. Gallas penetró entonces también en Lorena y congregado con Carlos IV y Werth, llegó a 25.000 católicos (44.000 según algunos). Ambos bandos estuvieron escaramuce­ando en octubre al este de Nancy sin atreverse a dar batalla hasta que Gallas se replegó a Alsacia para invernar. Tras este rigodón de avances y retrocesos al final los católicos habían logrado controlar todo el Rhin y despejar el Camino por allí. Sin embargo, el Franco Condado seguía aislado del resto de España y sólo protegido por las tropas de Carlos IV. De nuevo era vital para Madrid retomar Lorena.

La campaña de 1636 comenzó con el siguiente despliegue imperial de norte a sur: Piccolomin­i, con unos 11.000 imperiales al servicio de España, en Colonia. En Tréveris, junto a Luxemburgo, los imperiales de Groensfeld, junto con 8.000 bávaros de Colloredo y Werth. En Mainz, unos 6.000 imperiales de Hatzfeld que acababan de rendir la ciudad. Y finalmente Gallas en la actual Francia, al noroeste de Estrasburg­o. Sin embargo, todo empezó mal para los católicos: tras una breve campaña invernal para tomar Alsacia, Colloredo fue batido y capturado por 4.500 franceses de La Force en Raon, y Werth y Piccolomin­i pasaron a Flandes a ayudar a España, de modo que no se pudo contar con ellos. Además, Gallas fue contenido en su ataque a Haguenau por 11.000 franco-alemanes de Bernardo y La Valette, y un cuerpo de 4.000 polacos al servicio imperial desertó por falta de pagas y se estaba dedicando a saquear.

EL FRANCO CONDADO ARRASADO

Más al sur, en mayo, el recienteme­nte creado Ejército de Borgoña, mandado

El Franco Condado seguía aislado del resto de España y solo protegido por las tropas de Carlos IV. Para Madrid era vital retomar Lorena

Todo quedó tan arrasado entre ese año y el anterior, que las hambrunas dieron lugar a episodios de canibalism­o

por el viejo Condé, padre del famoso Gran Condé, invadió por fin el Franco Condado con 28.000 soldados y comenzó a asediar Dole, defendida sólo por 3.800 “españoles” de su milicia local. Sin embargo, Condé en julio tuvo que desviar su artillería y 9.000 hombres a la frontera con Flandes ya que los españoles estaban invadiendo Francia. Así, debilitado, y tras sufrir 3.000 bajas por la guarnición española, Condé levantó el asedio en agosto y se replegó a Dijon, capital de Borgoña. Entonces, el contraataq­ue de Gallas y España fue tan brutal que estuvo

Ya en 1637 Gallas marchó al norte para acabar con los suecos, de modo que el frente del Rhin quedó protegido sólo por los bávaros. Por otro lado, Francia volcó este año sus esfuerzos contra Flandes, así que sólo contaba en Lorena con los mercenario­s de Bernardo. Éste, con sus 10.000 soldados avanzó desde Langres al norte del Franco Condado para amenazar Besançon. Carlos IV intentó detenerle en Ray pero fue vencido. Entonces Bernardo, dio media vuelta y partió a Alemania. A toda velocidad Bernardo amagó el paso del Rhin por Basilea, distrayend­o a los católicos mientras que lo cruzaba con el cuerpo principal un poco más al norte. Werth, que tomó finalmente la última fortaleza francesa del Rhin junto a Coblenza, 250 kms más al norte, se unió a Piccolomin­i que venía de Flandes, y a marchas forzadas logró plantarse frente a Bernardo y detenerle al sudeste de Estrasburg­o. Con apenas 6.000 hombres, Werth debía de enfrentars­e a los 15.000 de Bernardo, pero la llegada de otros 6.000 imperiales de refuerzo que amenazaron la retaguardi­a protestant­e forzaron a Bernardo a recruzar el Rhin.

Mientras, Longuevill­e, desde Dijon, atacó el sur del Franco Condado para suprimir cualquier amenaza que pudiera caer sobre Lyon, saqueándol­o todo a su paso y aniquiland­o la única defensa española en Rotalier: el Tercio de Watteville y unas compañías de un tal Gómez. En todo caso, luchando en la región boscosa y montañosa del Jura, la guerrilla y el mal tiempo acabaron con la mitad de los franceses. Todo quedó tan arrasado entre este año y el anterior que las hambrunas dieron lugar a episodios de canibalism­o.

EL FIN DEL CAMINO ESPAÑOL

Ya en 1638, Longuevill­e siguió operando con 12.000 franceses contra el Franco Condado. Mientras, más al norte, Bernardo de Sajonia-Weimar consiguió al fin cruzar el Rhin a través de Suiza y derrotar a los imperiales en Rheinfelde­n

(ver recuadro). Entonces Bernardo, tras ser reforzado por Guèbriant y sumar 16.000 soldados asedió Breisach, principal punto de cruce del Rhin y parte de la Alsacia española, que estaba defendida

por 4.500 católicos de Reinach. Los imperiales hubieron de improvisar y desde la lejana Dortmund, a 500 kms al norte, Götz empezó a juntar las diferentes guarnicion­es existentes del Rhin, y tras sumar 12.000 hombres atacó a Bernardo. Éste sacó del asedio de Breisach 13.000 franco-alemanes y realizó una emboscada a la salida de unos bosques en Wittenweie­r a la vanguardia bávara dirigida de nuevo por el desastroso Savelli, en agosto: su columna huyó, y cuando llegó Götz con la otra mitad del ejército sólo pudo contener los asaltos bernardino­s y cubrir la retirada tras sufrir 4.000 bajas.

Bernardo prosiguió con el asedio de Breisach, aunque ahora reducido por la peste a la mitad. Carlos IV, apareció desde Alsacia, en el lado occidental del Rhin, para atacarle por la espalda con 5.000 loreneses. Bernardo sacó otros 5.000 soldados del asedio, cruzó el río y logró derrotarle en Thann en octubre. Nueve días más tarde Götz logró juntar otros 14.000 soldados, y procedió a asaltar las líneas de asedio de Breisach sin éxito. Tras sufrir 2.000 bajas, Savelli se separó y cruzó el Rhin para tomar los puestos franceses de Alsacia, pero Longuevill­e le interceptó desde el Franco Condado en Blamont y lo derrotó en noviembre. Con tales noticias 5.000 soldados de Lamboy abandonaro­n a Götz para marchar a Italia, y éste hubo de cancelar los ataques.

Así, Bernardo, al borde de su propia aniquilaci­ón, logró finalmente rendir Breisach el 19 de diciembre. Con ello se controlaba el paso del Rhin y el Camino Español quedó cortado para siempre: la Alsacia española desapareci­ó, Flandes sólo podría ser suministra­da por mar, y el Franco Condado se convirtió en una isla rodeada de enemigos. España, demasiado ocupada luchando en otros frentes no pudo defender esta vital arteria estratégic­a, y sus aliados y las tropas locales se mostraron incapaces frente a la agresivida­d de Francia y los mercenario­s de Bernardo de Sajonia-Weimar. Sin embargo, este no pudo disfrutar de su triunfo, ya que el principado que creó para su propio disfrute en Alsacia pasó a Francia tras su muerte acaecida al cabo de tan sólo siete meses…

El Camino quedó cortado: la Alsacia española desapareci­ó, Flandes sólo podría ser abastecida por mar y el Franco Condado fue una isla

 ??  ?? Al servicio del imperio español, Piccolomin­i dejaría una honda huella en el campo de batalla.
Al servicio del imperio español, Piccolomin­i dejaría una honda huella en el campo de batalla.
 ??  ?? Richelieu definió las líneas maestras de la política exterior francesa.
Richelieu definió las líneas maestras de la política exterior francesa.
 ??  ?? La Europa del siglo XVII se desangró con la Guerra de losTreinta Años.
La Europa del siglo XVII se desangró con la Guerra de losTreinta Años.
 ??  ?? El Duque de Alba tuvo la temprana visión de conectar Italia y Flandes a pie.
El Duque de Alba tuvo la temprana visión de conectar Italia y Flandes a pie.
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 ??  ?? La catedral de Spira, joya del románico, está incluida en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
La catedral de Spira, joya del románico, está incluida en la lista de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
 ??  ?? El luterano Bernardo de Sajonia-Weimar fue considerad­o por sus coetáneos el salvador de su religión.
El luterano Bernardo de Sajonia-Weimar fue considerad­o por sus coetáneos el salvador de su religión.
 ??  ?? El duque Carlos IV de Lorena abdicó a favor de su hermano en 1634.
El duque Carlos IV de Lorena abdicó a favor de su hermano en 1634.
 ??  ?? que muestra los alrededore­s de la batalla de Wittenweie­r, una exitosa emboscada contra la vanguardia bávara de Savelli.
que muestra los alrededore­s de la batalla de Wittenweie­r, una exitosa emboscada contra la vanguardia bávara de Savelli.
 ??  ?? Breisach (Alemania) fue objeto de una feroz disputa por su estratégic­a ubicación.
Breisach (Alemania) fue objeto de una feroz disputa por su estratégic­a ubicación.
 ??  ?? de un libro sobre el asedio de Dole –Franco Condado– de 1638.
de un libro sobre el asedio de Dole –Franco Condado– de 1638.
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