Amor, humor y desamor
CON MOTIVO del primer centenario del nacimiento de Gloria Fuertes (1917-1998) se han publicado estudios y varias antologías de su obra poética ( 1), además de celebrarse exposiciones, actos, lecturas y conferencias, que reivindican el papel de esta popular escritora en la literatura española de la segunda mitad del siglo XX. En estos homenajes, se está rescatando especialmente su abundante y meritoria obra poética con el fin también de ampliar la imagen literaria de la escritora, encasillada en los últimos años en la literatura infantil, cuando tuvo más éxito y popularidad. La trayectoria poética de Gloria Fuertes (1917-1998) –fue contemporánea de José Hierro, Carlos Bousoño, Francisco Nieva, Carlos Edmundo de Ory, Francisco Brines, Ángel Crespo, Francisco Umbral…– es el ejemplo de una vocación plenamente radical, llevada hasta sus últimas consecuencias, aunque a veces infravalorada por su conocida y mediática dedicación a la literatura infantil (fue un personaje muy popular en algunos programas televisivos), modalidad a la que, por otra parte, ha contribuido en buena manera a dignificar con una literatura llena de humor, vida y fantasía.
POESÍA HUMANA Y CÁLIDA
Para Gloria Fuertes, la poesía es un tipo de comunicación directa, humana y emotiva con los demás. “Tengo –escribió– tanta fe en la nueva –y buena– poesía, que podríamos hacer con ella una nueva religión, y desde ella –desde y con– la poesía, destruir la injusticia, el odio –o sea, las guerras–”. Esa comunicación con los demás, personal y cálida, debe ser mayoritaria, de ahí que su poesía deje aparcadas las complejidades estilísticas y argumentales y busque la sencillez, que todo el mundo la pueda entender para contribuir a “evitar un mundo peor”.
AMOR Y DESAMOR
En sus primeros libros, aunque no de un modo generalizado, hay una fuerte inquietud social, una preocupación por el destino humano de las gentes. Pero eso no significa que haya que encuadrar a Gloria Fuertes dentro de la poesía social. Otras características son su acusado individualismo, su cordial religiosidad y su preocupación por los marginados, humillados y los pobres. Y, como una constante de su poesía, el tema del amor, que abordó de múltiples maneras. Los estudiosos destacan que detrás de estas poesías se encuentran algunas personas reconocibles, como Carlos Edmundo de Ory (su novio en los años cuarenta) o la profesora norteamericana Phyllis Turnbull, con quien Gloria Fuertes, mantuvo una larga relación de veinte años.
VANGUARDISMO HUMANIZADO
Si nos atenemos a sus aspectos formales, llama la atención, de entrada, su aparente despreocupación por la técnica, lo que la lleva a escribir a golpes de entrecortada intuición. Su estilo se apoya en una desbordante claridad.
Hay en su poesía una clara influencia del postismo, movimiento vanguardista de vida muy fugaz en la posguerra literaria que reivindicaba el humor, la risa y la creación gozosa en unos momentos en los que estéticamente se imponía la gravedad de un realismo social de tintes tremendistas. A menudo, detrás de su chispeante y coloquial estilo se esconde una visión atormentada de la vida, marcada en parte por el contexto social y político/