La cara B de América
HASTA EN OCHO ocasiones los textos de Philip Roth –uno de los más grandes escritores norteamericanos vivos– han llegado a la pantalla, desde Goodbye, Columbus (1969) hasta las
últimas Indignación y American pastoral, ambas de 2016. Novelas y relatos, adaptados a veces por guionistas de la talla de Ernest Lehman – Portnoy’s complaint, 1972– y realizados en otras ocasiones por directores reconocidos como Robert Benton – La mancha humana, 2003– o Isabel Coixet – Elegy, 2008–, han obtenido dispares resultados aunque siempre con el interés de la referencia a las obras originales.
American pastoral ha pasado por un largo período de incubación, desde que el proyecto se inició en 2003, con Phillip Noyce y Fisher Stevens alternándose como posible director, hasta que en 2015 Ewan McGregor asumió la responsabilidad una vez que ya estaba confirmado como protagonista junto a Jennifer Connelly –única que se mantenía desde el reparto inicial–, Dakota Fanning y David Strathairn. DE LA SATISFACCIÓN AL DESENCANTO McGregor es Seymour “El Sueco” Levov, un hombre al que la vida le sonríe. Antiguo atleta universitario triunfador en múltiples disciplinas, está felizmente casado con Dawn, una reina de la belleza local, vive en Newark en una hermosa granja, dirige la importante fábrica de guantes legada por su padre, ahora retirado, y tiene una preciosa hija, Merry, que es el orgullo del matrimonio. Seymour se siente satisfecho de su existencia, de saberse el ejemplo de cómo un muchacho de familia judía de origen humilde ha conseguido situarse en la cúspide social gracias a su trabajo, a su honradez y al cumplimiento de unas leyes en las que cree. Y así entra, junto con su país, que aun se cree feliz, en los turbulentos años 60.
A comienzos de la década, el presidente Kennedy es asesinado y su sucesor, Lyndon B. Johnson, lleva a los Estados Unidos a la guerra de Vietnam. Empieza una corriente creciente de protestas sociales, por los derechos civiles y en contra de la guerra, y la población negra se rebela en lucha por la igualdad. En su casa, los Levov ven como su hija se ha convertido en una adolescente problemática, contestataria y radical, y a la vez su patria penetra en una espiral de violencia. Las manifestaciones populares y la represión consiguiente incendian las calles y provocan miedo e incertidumbre. Y en medio de esta confusión, con la fábrica asaltada por grupos incontrolados, y tras un atentado con dinamita, Merry desaparece y la policía la busca por terrorista. MICROCOSMOS La familia Levov sufre una terrible crisis, paralela a la que vive América y, en buena medida, todo el mundo: hay golpes de estado y revoluciones, asesinatos, guerras, los estudiantes franceses se echan a la calle y otros muchos siguen su ejemplo… Y comienza en Estados Unidos el mandato de Richard Nixon, que terminaría abruptamente. Un final que Seymour teme también para los suyos; el rastro de su hija aparece y se disuelve con parecido dramatismo, por más
que él dedique su vida entera a seguirlo; y Dawn siente que su realidad la traiciona, ya no es la reina de la belleza, ya no le interesa su granja y su cabeza le va a explotar en mil pedazos. El relato, aquí, sin perder del todo el trasfondo social y la búsqueda de Merry, se centra en la pareja y en su progresiva inestabilidad. Hasta que, en el penúltimo giro del guion, hay algunas respuestas. Que no por ciertas van a ser menos dolorosas, como el final de una pesadilla que lleva a un despertar tampoco feliz.
Estimable debut de Ewan McGregor tras la cámara, con un nada desdeñable manejo de personajes y situaciones. Quizá la película, en su conjunto, no llega a la fuerza y la airada ironía de la novela original, pero sí acierta a transmitir su contenido: el dramático descenso a los infiernos de un hombre, su familia y su país.