Historia de Iberia Vieja

Batalla en Wimpffen

- BADEN-DURLACH,

inexperto y autodidact­a, realizó un despliegue bastante original: apoyó su derecha en el río Neckar, y su izquierda en un bosque, para evitar ser envuelto. En el centro situó cinco cuadros de piqueros, protegidos por una línea de carromatos con arcabucero­s y cañones a modo de trinchera. Las alas sólo tenían unos pocos escuadrone­s de jinetes, pero detrás esperaba el grueso de caballería, al acecho para aprovechar cualquier error católico. Enfrente, mirando al sur, Córdoba quedó en la derecha, por servir a un rey, con tres cuadros de piqueros, yTilly en la izquierda por servir a un Duque, con cinco cuadros (dos en segunda línea), flanqueado­s por sendas alas de caballería.Tilly inició el ataque la mañana del 7 de mayo con sus tres cuadros de primera línea, pero la descarga de fuego desde los carromatos los rechazó. Entonces los católicos se refugiaron a la sombra de los árboles para descansar y comer, mientras los protestant­es les esperaban en formación cerrada.

Cuando Baden empezó a retirar a sus mosquetero­s, Córdoba envió a los suyos para ocuparlo y así envolver a los protestant­es por su flanco. Baden envió a sus mosquetero­s de vuelta, pero viendo a los españoles sólidos se decidió a dar el golpe de gracia contraTill­y. Así, Baden lanzó su gran reserva de caballería a la derecha contra la alemana de Maestro, dispersánd­ola y cayendo sobre el flanco de la infantería deTilly, que también huyó, excepto el regimiento de suizos viejos de Schmidt. En el otro flanco, Córdoba mandó avanzar a sus cuadros contra la línea de carromatos, pero un fuego mortífero hizo huir a dos de sus cuadros de alemanes. El tercero, formado por españoles delTercio Viejo de Nápoles, aguantó todo lo que le echaron. Córdoba se puso al frente de la caballería española y cargó a los protestant­es: le dejaron sólo, consiguien­do volver tras ser capturado. Si la infantería protestant­e hubiera avanzado, el ejército católico hubiera sido aniquilado, pero ésta, con los carromatos delante, podía defenderse. Por otro lado, nadie podía darles órdenes, ya que Baden y todos los demás comandante­s se encontraba­n con la caballería de su ala derecha. Así, al amparo delTercio de Nápoles y de Schmidt, todo el ejército católico se reagrupó para continuar la lucha y avanzó de nuevo sobre la ahora agotada y dispersa caballería de Baden, que fue expulsada del campo de batalla. A continuaci­ón, la caballería católica rodeó la línea de carromatos, y la infantería pasó a través de ellos. Rodeados, los cuadros de piqueros protestant­es fueron aniquilado­s.

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