Historia política rusa
CON el subtítulo “La impostura permanente desde Iván el Terrible hasta Vladimir Putin”, Carlos Sergio Ingerflom, gran conocedor de la historia rusa y de las fuentes eslavas, traza una originalísima e inesperada historia política rusa, que bucea en las consideraciones sobre el poder y los que lo han ejercido en los últimos siglos. La persistencia de esta “peculiaridad” está en la raíz de la debilidad conceptual de la democracia en Rusia, dependiente de la “autoconciencia tradicional del lugar de Rusia en el orden cósmico”.
Durante siglos, el zarismo ha impuesto en la sociedad un despotismo y una arbitrariedad que se consideraban parte de su consideración divina. Los zares reciben su poder de alguien superior (con otros parámetros, lo mismo sintieron Lenin, Stalin, los bolcheviques y, como escribe el autor, hasta el propio Putin), que le da una legitimidad trascendente que poco tiene que ver con la división de poderes o la democracia. Sin embargo, el vínculo directo pero secreto que los zares tienen con Dios es cuestionado en numerosas ocasiones por grupos que, dependiendo las épocas, adquirieron mucho poder. La historia que plantea el autor es insólita y muy original, pues a lo largo de la historia rusa son muchos los “autonombrados” que han aireado que ellos son los verdaderos elegidos por Dios para detentar el poder y que los que lo tienen en ese momento son hijos del diablo. No es una anécdota sino un rasgo que se repite constantemente a lo largo de la historia de Rusia, desde Iván el Terrible hasta el propio Vladímir Putin. Este libro cuenta la historia de estos perdedores que sin embargo se han considerado los únicos y verdaderos elegidos para ostentar el poder./ El zar soy yo CLAUDIO SERGIO INGERFLOM GUILLERMO ESCOLAR EDITOR. MADRID (2017). 480 PÁGS. 23 €.