De oficio, deambulador
novela es un elaborado experimento narrativo que tiene como objetivo captar el ruido de las calles, el movimiento de las ciudades, la vida en tránsito, el peregrinar de las personas, el espectáculo de la avasallante publicidad y “los ritmos de la ciudad y los de la producción de los periódicos”.
El hilo conductor es la vida del propio autor en diferentes escenarios –Madrid, París, Lisboa y, sobre todo, Nueva York– y las constantes referencias a la relación que algunos escritores fundamentales en la concepción de la literatura de Muñoz Molina han tenido con esta visión de retratar el deam- bular por ciudades con sentido o de manera errática, inventando así la ciudad como tema literario: Thomas de Quincey, Edgar Allan Poe, Baudelaire y Walter Benjamin. El autor habla de sus vicisitudes como escritor, sus viajes, la relación con su mujer y algunos recuerdos familiares.
“Soy todo oídos –escribe el autor en las primeras líneas de esta obra–. Escucho con mis ojos. Escucho lo que veo en los anuncios y en los titulares de los periódicos y en los carteles y letreros de la ciudad”. Ese querer ser “todo oídos” le lleva a registrar chispazos de conversaciones anónimas tomadas de la calle, en los bares, en sus viajes en autobús. Y los ruidos de los coches, las motos, conversaciones callejeras… Y el asedio de la publicidad, que lanza sus proclamas en todos los formatos posibles. El autor registra todo: anuncios, ofertas, titulares de los periódicos y los telediarios… El trabajo literario es exhaustivo.
El resultado es un libro que huye de la novela tradicional y que toma ingredientes de la novela, el diario, la crónica, el ensayo literario y hasta de la novela vanguardista./