La ermita de Montserrat
UNA VEZ CONSOLIDADA la colonia y efectuada la repartición de tierras, Inés de Suárez, la “primera dama colonial”, se dedicó a intervenir en la edificación espiritual del entorno. Entre sus labores destaca la construcción de la ermita de Montserrat entre los años 1545 y 1547, una capellanía que fue entregada a los dominicos con el fin de que rezaran “por la conversión de los naturales de esta tierra y por el ánimo del dicho gobernador Pedro de Valdivia y por la de sus padres y abuelos y de sus hijos y descendientes y por los demás conquistadores de esta tierra, una misa rezada dicha de tres a tres viernes”, según Rosales. Es muy probable que aquella fuera la primera construcción cristiana del país. Las vicisitudes del tiempo, el declive, los terremotos y otros acontecimientos, obligaron a cambiarla de emplazamiento, reconstruirla y volverla a reconstruir en diferentes épocas. Siempre volvía a resurgir, como Ave Fénix, sin importar el paso de los siglos. La construcción más reciente data del 1834. El santuario de Nuestra Señora de Montserrat o Iglesia de la Viñita fue declarado Monumento Nacional de Chile en 1990. Se encuentra ubicado en la intersección de la Avenida Recoleta con la calle Santos Dumont. En Chile, la advocación de la Virgen de Montserrat se ha convertido en una especie de santa popular, y es considerada como la patrona de los delincuentes, quienes se encomiendan a ella para salir ilesos de sus crímenes y delitos. Es por ese motivo que el Arzobispado de Santiago decidió otorgar el cuidado pastoral de la capilla a la Fundación Paternitas, que se encarga de rehabilitar a jóvenes delincuentes.