AUTOS DE FE
En estas ceremonias públicas –efectuadas con la mayor solemnidad– se juzgaba a un grupo de condenados por la Inquisición. La multitud se congregaba para escuchar el veredicto contra los reos acusados de faltas contra la ortodoxia católica. La mayor proliferación de autos de fe se dio en los siglos XVI y XVII cuando en España reinaban los Austrias, sobre todo a partir del inquisidor general Fernando de Valdés. Había tres tipos de autos: los generales (en una plaza pública, en días festivos y en los que se dictaban sentencias de muerte), los particulares (sin el boato propio propio de estos actos) y los singulares o "autillos", que tenían por objeto a un solo reo.