■ Luis María
Cazorla, abogado del Estado, ha escogido un momento concreto del inicio de la Segunda República española: la sublevación militar conocida con el nombre de “sanjurjada”, que tuvo lugar de manera frustrada en Madrid y Sevilla.
El autor inventa una mínima trama y sigue a una serie de personajes para sostener una novela que, por encima de todo, se caracteriza por su gran fidelidad histórica. Así lo demuestra en la parte final del libro, en un epílogo en el que, junto con las referencias históricas y el desarrollo de los hechos, reflexiona sobre lo que debe ser una buena novela histórica y cuáles deben ser sus puntos fuertes. La conspiración queda bien reflejada./