CONFLICTIVAS relaciones familiares
■ Ferdinand Bordewijk (Ámsterdam, 1884-1965) es uno de los grandes autores de la literatura holandesa contemporánea. Una versión cinematográfica de Carácter, su novela más célebre, consiguió en 1998 el Óscar a la mejor película en lengua no inglesa.
El sobrio subtítulo centra el tiro del contenido: “Novela de un hijo y un padre”. Habría que añadir, también, un tercer personaje, “la madre”. Ambientada en un periodo indefinido de las primeras décadas del siglo XX, la novela cuenta la historia de Jacob Willem, hijo de Joba Katadreuffe, mujer que trabajaba de sirvienta en la casa de Arend Barend Dreverhaven, agente judicial con fama de severo y de tirano, a la que dejó embarazada. Ella abandonó la casa y decidió tener sola a su hijo, rechazando las promesas de matrimonio y el dinero de Dreverhaven.
Si en las primeras páginas el protagonismo lo tiene Joba, poco a poco la novela se centra en el hijo, Katadreuffe, y en las decisiones que va tomando para lograr una autonomía vital. Gracias a su capacidad de sacrificio, comienza a trabajar en un despacho de abogados que se convierte en el centro de su vida y de sus escasas relaciones personales y sociales.
Bordewijk realiza un distanciado retrato de los tres personajes en liza, padre, madre e hijo, en los que refleja los principales rasgos de sus caracteres. La madre es autosuficiente al máximo, y su único objetivo en la vida es que su hijo despegue en la vida de manera autónoma; el hijo muestra un orgulloso espíritu de superación, que le lleva a sacrificar su tiempo y su ocio para volcarse en los estudios y en su trabajo en el despacho. Y el padre, un personaje repulsivo, una persona desalmada, “el azote de todo deudor que cayera en sus manos”, que vive únicamente para el dinero, su gran obsesión./A.T.