Los que no votaron LA CONSTITUCIÓN
LA CARTA MAGNA HA ESTADO RODEADA DE POLÍTICOS QUE HAN PRIMADO LA TÁCTICA A CORTO PLAZO SOBRE LA ESTRATEGIA A LARGO
Es una pena cumplir 40 años y no ser recibido en una fiesta sorpresa en tu casa en la que la familia y los amigos te agasajen, te digan lo joven que estás y te deseen largos años de felicidad. Pasa pocas veces, pero la controversia presidirá el 6 de diciembre el aniversario de la Constitución, a pesar de ser la única de nuestra historia refrendada por votación popular.
Andamos a bofetadas y en todos los rifirrafes –especialmente a raíz del conflicto catalán– termina apareciendo la Constitución, con la que algunos aseguran no estar de acuerdo y hablan de cambiarla, mientras otros defienden dejarla como está.
En octubre se cumplen 40 años de la aprobación del trámite parlamentario que permitió aprobarla. Los partidos políticos reflejaron lo que pensaban del texto discutiéndolo y votándolo. Volver a esos momentos puede ayudar a entender los enfrentamientos que hoy estamos viviendo.
La UCD y el PSOE estuvieron claramente a favor del texto, con disidencias poco importantes en el partido de Suárez. Alianza Popular –posteriormente PP– de Manuel Fraga, pediría en el referéndum el voto a favor, pero en el Congreso sus 16 diputados se partieron: 8 votaron a favor, 5 en contra y 3 se abstuvieron. Es decir, a la mitad de la derecha no le parecía bien.
El PNV mostró sus reticencias –sobre todo territoriales– con el texto absteniéndose en la votación. Sin embargo, la Minoría Catalana, cuyo portavoz era Jordi Pujol, pero que acogía a Convergencia y a otros partidos incluidos los republicanos, votó en su inmensa mayoría a favor de la Constitución.
Cada uno puede sacar sus propias conclusiones, pero entonces y ahora, la Carta Magna ha estado rodeada de políticos que han primado la táctica a corto plazo sobre la estrategia a largo. La diferencia es que hace 40 años la inmensa mayoría se puso de acuerdo y ahora ese acuerdo parece un sueño imposible.