El éxito del TELEKINO
Todo el conjunto estaba pensado para funcionar de forma asombrosamente precisa, nada que ver con todas las anteriores experiencias llevadas a cabo en otros lugares. Nos encontramos ante una tecnología que iba muy por delante de cualquier otro competidor en el campo del control a distancia por señales de radio. Tal como se menciona en La energía eléctrica, edición del 10 de diciembre de 1905, los resultados eran impresionantes para tratarse de una compleja tecnología recién nacida: realizadas en Bilbao nuevas pruebas parciales y generales de carácter privado, y de acuerdo la Comisión con el inventor del telekino, se convino en realizar las públicas en la tarde del 7 de noviembre. Consistieron estas en dar al bote eléctrico Vizcaya, en el que se instaló el telekino, una dirección determinada hasta el centro de la desembocadura de la ría; hacerle virar hacia Algorta; pararse; marchar hacia atrás; obligarle, en una palabra, a obedecer, con regularidad y precisión, las indicaciones de marcha que se les transmitían desde la estación transmisora, instalada en la terraza del Club marítimo del Abra. El éxito fue completo: el bote Vizcaya, a cuyo bordo iban ocho personas, maniobró con precisión matemática, a distancias que pasaron algo de dos kilómetros de la estación transmisora, donde estaba el Sr. Torres Quevedo.