JUEGO DE TRONOS
en Navarra
■ Es uno de los personajes más injustamente olvidados de nuestra historiografía, y además, en su historia se entrelaza la realidad y la leyenda hasta tal punto que es difícil discernir qué hay de verdad en lo que recogen las azarosas crónicas de su tiempo. El libro Príncipe de Viana: el hombre que pudo reinar, editado por Pamiela, y que toma prestado con acierto el título de la novela de Rudyard Kipling, es obra del historiador, escritor y bibliotecario Mikel Zuza, todo un referente en la historia navarra. Se trata de un ensayo biográfico distinto a la nutrida bibliografía dedicada hasta ahora al personaje: emplea una documentación prácticamente inédita, cuajada de datos nuevos y muy relevantes que nos permiten conocer aquella época casi como si realizáramos un viaje en el tiempo.
Toda la historia la hilvana el autor partiendo de un pequeño cuaderno de seis folios del siglo XV que se encuentra en los Archivos Departamentales de los Pirineos Atlánticos, en la ciudad de Pau. Tan valioso documento recoge 87 quejas redactadas por los jefes del bando agramontés –enfrentado a los beaumonteses, que apoyaban a Carlos– contra el Príncipe de Viana y sus partidarios.
Lo que sucedió en el reino de Navarra a mediados del siglo XV no tiene nada que envidiar a la catódica Juego de Tronos y otras sagas literarias y cinematográficas sobre luchas de poder en el medievo. La lucha sin cuartel entre Juan II y su hijo, el malogrado Carlos de Viana, acabó conllevando la ruina y la desaparición de un reino de gran importancia política durante al menos siete siglos. Este soberbio volumen destierra, además, varios conceptos que hasta ahora se daban como inamovibles en la historiografía de aquel período./Ó.H.